If you do || Min Yoongi|| Bts Fanfic

Capitulo 3

Min Yoongi.

De alguna u otra manera sabía que tenía que encontrar la forma de hablar con Haesoo, sabía que seguía molesta conmigo y claro, yo no había hecho mucho para contentarla. No por falta de interés sino por falta de tiempo, apenas si tenía algo de tiempo para ir al baño y comer, y sin embargo ella no respondía los mensajes que le mandaba antes de comenzar las grabaciones.

Me sentía abrumado y dando vueltas en la silla giratoria logre quedar con más hambre de la que tenía, mis ojos recorrieron el estudio a buscando algo comestible hasta que se posaron en aquellas tres bolsitas con galletas que me había dado una chica hace una semana.

La había reconocido casi que, al instante, era la chica que casi caía de cara al suelo en el supermercado cuando había ido con Haesoo. Era una chica no muy alta, delgada, cabello sedoso y ojos color miel, y las dos veces que nos habíamos encontrado casi se golpea... aunque la última vez si termino con el trasero en el suelo. Esa misma noche seguro tenía una sonrisa estúpida en la cara, pero es que no miento cuando digo que el rubor en sus orejas, nariz y mejillas es un poco demasiado notorio para una persona tan observadora como lo era yo.

Miel y avena. Miel y almendras. Miel y Nuez.

Rezaban aquellos tres empaques de galletas con las que jugaba en mis manos, con la mente en blanco y un poco de miedo había metido una a mi boca. Demonios, esto se sentía como el mismo cielo. Era el cielo hecho galletas.

Un par de ojos me veían confundido, claro, cualquier persona que me viera haciendo caras y gimiendo de satisfacción de mi paladar me vería de la manera en que me estaba viendo Jimin. No emitió palabra alguna y solo se limito a ocultar su rostro en su teléfono. Namjoon, Jin-hyung, y Taehyung se habían unido y robado mis galletas.

—En mi vida ahora existe un antes e las galletas y un después de ellas. Necesito encontrar a la persona que las hizo y besarle las manos— murmuro Seokjin masticando su ultimo trozo de galleta.

Concordaba con él. Encontraría a la chica y haría que me dijera en donde había conseguido esas exquisitas galletas.

**

Había ido a un café, no solía frecuentar estos lugares por el simple hecho de que en cualquier momento podía aparecer un paparazi y armaría un total escándalo. Pero aquí estaba tomando un café y viendo hacia el exterior por el vidrio que sustituía la pared.

—No me digas pequeña perra...— se quejó una melodiosa voz detrás de mí.

—Si, lo eres. ¿Quién se atreve a rechazar una cita con el ardiente Woosung? — le recrimino un chico detrás de ella.

Se habían sentado en la mesa continua a la que yo estaba, y al ver a quien pertenecía aquella voz casi me atraganto con mi café. Se trataba de la chica de las galletas.

Vestía unos jeans no tan ajustados en la parte debajo de sus rodillas y una camisa azul cielo, tenia el cabello recogido en una coleta alta que dejaba al descubierto sus clavículas y cuello. Recuerdo haber tragado duro y quitado mi vista de encima antes de que con mis ojos pudiese describir ciertas partes que por prudencia no debería siquiera ojear.

—No entiendo porque tengo que describir mi vida en seis idiomas distintos— se quejó por enésima vez el chico golpeando su frente contra la mesa varias veces.

La chica simplemente levanto su vista de su computador y lo observo ya cansada. Hasta yo lo estaría, solía tener este tipo de situaciones cuando teníamos que sacar los álbumes en japones, era un martirio completo.

—No es mi culpa que hayas dejado todo para ultimo mom...

—Eres una descarada, quien siempre deja todo para último momento eres tú. Tus ojeras representan tu habilidad para dejar todo para después...