Aeternum // Dramione

Capítulo 27 La tercera prueba

Hoy era el día. La última prueba se llevaría a cabo esa noche. Hermione trataba de tranquilizar a un muy nervioso Harry, repetirle cientos de datos acerca de los maleficios, los hechizos de protección, la herbología y la historia de la segunda guerra de los duendes no lo estaban ayudando, incluso le había hecho un resumen de la historia de Hogwarts, ya se lo estaba leyendo por segunda vez en lo que iba del día.

- Hermione, deja a Harry en paz. Estamos desayunando y él necesita alimentarse bien – la interrumpió Ron.

- ¡Ron! Harry necesita conocimiento, tiene el resto de día para comer, no sabemos que pueda haber en ese laberinto.

- Bien, Hermione tiene razón. De todas formas no puedo comer nada, no tengo hambre. Sígueme leyendo de Hogwarts.

- Además Harry, ¿para qué necesitas leer acerca de Hogwarts? Tú estudias aquí, no creo que eso te sirva de defensa contra lo que sea que vayas a encontrar. En dado caso deberías estudiar acerca de Durmstrang o de Beauxbatons.

Harry y Hermione se voltearon a ver abriendo mucho los ojos.

- ¡Hermione, Hermione! No me has enseñado nada acerca de esas escuelas.

- ¡Tranquilo Harry! Todavía hay tiempo, vamos a la biblioteca.

- ¡Harry tiene que desayunar Hermione!

- ¡No grites Ron! Iremos después de desayunar. Harry, come algo rápido.

Armaban un gran alboroto en la mesa de Griffyndor aunque nadie se daba cuenta, todos los estudiantes estaban demasiado emocionados por el suceso de la noche cómo para ponerles atención. La mesa de Hufflepuff se veía todavía peor. La de Ravenclaw se vería normal si no fuera porque las alumnas de Beauxbatons estaban ahí. Y en la mesa de Slytherin no pasaba nada interesante, salvo por un rubio que discretamente dirigía miradas a la mesa de los leones.

Sus calculadores ojos grises iban y venían, no veía a Hermione por mucho tiempo, porque se supone que no la debería de ver, se suponía que nadie se tenía que enterar, porque ella así lo había querido, por lo menos hasta esa noche, esa noche después de la prueba no le importaría nada, iría y la abrazaría enfrente de todos, y la tomaría de las manos sin tener que esconderse de nadie y le daría muchos besos. Cruzó las manos y sonrió pensando en ella.

- Compañero, tienes una cara que das miedo.

- Blaise –hizo un intento de saludarlo y siguió en lo suyo, ignorándolo completamente.

- Oh, disculpa, ¿mi presencia te molesta?

- No.

- Me siento tan ignorado justo ahora, oye Draco.

- ¿Mmm?

- Embaracé a Pansy, me casaré con ella

- Ajá.

- Lo hicimos en tu cama.

- Sí.

- Potter y Weasley serán los padrinos, la boda será en el ministerio de magia. Unicornios cargaran a Pansy hasta mí y luego Snape se encargará de la ceremonia, les enviaré una invitación a tus padres en mi colacuerno húngaro, ¿está bien?

- Sí, sí Zabini, envíales a mis padres lo que quieras.

A Blaise le causaba gracia la situación, incluso rio y se sirvió jugo de calabaza. Estaba feliz porque las cosas estaban realmente bien con Pansy, pero ver a su amigo en ese estado tan patético lo hizo querer molestarlo. Así que dio un fuerte golpe en la mesa frente a Draco y éste se sobresaltó. Quitó la vista de la mesa de Griffyndor para ver qué había sucedido.