CAPITULO XIV:

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CAPITULO XIV:



H E R M A N O S




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Hermanos. Aomine se preguntó si alguna vez conocería el verdadero significado de aquella palabra. Conocía el término, pero cuando trató de aplicarlo como un calificativo a la clase de relación que tenía con Imayoshi, de pronto sonaba tan... mal. Aunque muchas personas los referían como hermanos basados en el lazo sanguíneo que aun corría por sus venas, de algún modo, el término no era más que superfluo. Aomine nunca pensó en Imayoshi como en un hermano, a pesar del hecho de poseer los mismos padres, Imayoshi nació dos años antes que él. No tenía alguna clase de amor por su supuesto hermano, y estaba completamente seguro de que era igual para Imayoshi. Sin embargo, era de esperarse, porque desde que tenía memoria, siempre habían crecido como rivales en busca de heredar el trono.

Conforme pasaba el tiempo y ambos crecían, su rivalidad sólo se intensificó, junto a la clara diferencia en sus habilidades en combate. Para Aomine su habilidad en la espada y lucha mano a mano, superó por mucho las de Imayoshi, y todo el mundo estuvo de acuerdo en ello, pero por otro lado, Imayoshi poseía una inteligencia aún mayor. Destacando en estrategias de guerra, no dudando en hacer uso de trucos sucios cuando era necesario. Su rivalidad parecía no tener fin. Pero durante un tiempo, incluso se vio opacada, y en caída, donde casi se podría sentir una hermandad verdadera. Más todo cambió cuando su padre falleció. Con un trono vacío, la aparentemente olvidada rivalidad entre los hermanos, surgió una vez más, llegando a ser más intensa y dañina.

Aomine, por otro lado, nunca se vio interesado en la posición del rey. Para alguien como él, tener la responsabilidad de velar por el bienestar de las personas en el reino, era demasiado molesto. Sin embargo, nunca tuvo la intención de rechazar el trono, si éste se le era ofrecido. Imayoshi por el contrario, había colocado sus ojos en la posición del rey desde incluso antes que su padre muriera. Empeñado en ser el rey, estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de lograr su deseo. Sabiendo que nunca sería capaz de ganarle a Aomine en un combate frente a frente, Imayoshi fue el autor en los muchos de los accidentes mortales que le ocurrieron a su hermano. Afortunadamente, Aomine había logrado sobrevivir a cada uno de esos intentos. Aquellos ataques nunca lo perturbaron, pero cuando el ataque hacia su madre sucedió, Aomine decidió que había sido suficiente de esta absurda y nefasta rivalidad que tenían. Renunció al trono, junto a cualquier tipo de lazo que lo relacionara con la familia Imayoshi.

Ahora, mientras caminaba hacia la sala del trono, Aomine no lograba sentir cualquier otra cosa más que irritación. Se sentía a gusto ignorando los llamados de Imayoshi, todas las veces que pudo, pero sus escusas se hicieron cada vez más escasas, hasta el punto en que Hanamiya había tenido que venir personalmente a buscarlo en la mañana, por lo que no pudo negarse a seguirlo. Aomine hubiese preferido tener que pasar el día al lado de Kise, pero Imayoshi seguía siendo su rey después de todo, y Aomine aún estaba obligado a servirle.

—Es bueno ver que finalmente estás dispuesto a reunirte conmigo, mi querido hermano. —Imayoshi habló con dulzura, cuando vio a Aomine entrar a la sala, después de dos días de haberlo estado llamando. Por supuesto, sabía cuál había sido su paradero durante esos días, puesto que Sakurai siempre iba a informarle después de su chequeo diario con Kise. El hecho de que Aomine permaneciera al lado del rubio general hasta que éste se recuperara, no era del todo sorprendente, pero aun así era algo inesperado. No era como si Aomine soliera distraerse con tanta facilidad por no más que un simple niño bonito.

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⏰ Last updated: Oct 02, 2020 ⏰

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Conquered Hearts » [ AoKi ]Where stories live. Discover now