CAPITULO VII:
S I N G U L A R I D A D
♢ ♔ ♢
Singularidad. El ejército de Touou parecía estar lleno de ella. Fue lo que Kagami llegó a percibir aun cuando era llevado en una carreta, con las manos atadas a su espalda. Estaba únicamente acompañado por un soldado que se presentó a sí mismo como Kiyoshi Teppei, y era este soldado el que hacía que pensara en la extraña singularidad presente en el ejercito de Touou. Por otro lado, Kiyoshi era demasiado alegre para ser un soldado. El pelirrojo podría jurar que la sonrisa en su rostro parecía ser eterna, al igual que su incansable plática; habló sin parar desde el momento en que partieron lejos del campamento improvisado. Kagami se mantuvo viéndolo en silencio, pero Kiyoshi no se dejó intimidar. Viendo que el pelirrojo se mantuvo silencioso, empezó a tararear una canción extranjera, quieto en su lugar.
Kagami podía sentir como su cabeza empezaba a doler. Y no ayudó que su hombro también le doliera agudamente. Cada pinchazo que sentía era un claro recordatorio de la marca roja y brillante que ahora adornaba su cuerpo, señal de que, ahora, era parte del ejercito de Aomine. Kagami no sabía cómo debería sentirse ante eso. Vio que sólo lo hacía sentirse deprimido, lanzó un suspiro antes de apoyar su espalda contra los barriles colocados en la carreta.
—Oh, ¿No tienes hambre, Kagami? Pararemos a tomar un descanso, dentro de poco, tengo algo que puedo darte —al parecer, Kiyoshi parecía confundir el significado detrás del suspiro del pelirrojo.
Al girar su cabeza, Kagami le dedicó un ceño fruncido. No quería hablar con nadie y, mucho menos con un soldado de Touou, pero Kiyoshi no parecía entenderlo, contestando a su feroz ceño con una alegre sonrisa, a la vez que le ofrecía una manzana roja y brillante con una de sus manos. El ceño de Kagami se fue lentamente, era inútil mantenerse reacio mientras estaba con una persona tan alegre como Kiyoshi. Luego regresó su cabeza a su lugar, ignorando el rostro risueño del castaño.
—No puedo comer, mis manos están atadas —dijo negándose a ser alimentado o humillado frente a Kiyoshi. La humillación de haber pasado lo mismo cuando Kuroko le había traído sopa, había sido suficiente.
—¡Oh! —Kiyoshi parpadeó como si recién recordara que el pelirrojo era un prisionero—. Puedo desatar las sogas si lo deseas, después de todo, eres uno de nosotros ahora; un soldado del príncipe Aomine, así que no hay necesidad de que sigas amarrado. Los soldados reales ya deberían saberlo.
Kagami resopló en respuesta.
—Ellos están siendo cautelosos, y tienen sus razones. Ya que pese a ser marcado como a uno de ustedes, no significa que no escaparé en cuanto se presente la oportunidad. Así que es raro que me ofrezcas dejarme libre. Si me sueltas, probablemente te ataque.
—Si logras hacerlo, podré defenderme y te frenare a la fuerza, así que no veo las razones por las que no pueda desatarte —Kiyoshi respondió despreocupado, con la mayor naturalidad del mundo, aun con una sonrisa impresa en su rostro.
—Sólo... eres un idiota.
—Ya me han llamado así antes —la sonrisa en el rostro de Kiyoshi se volvió más bondadosa y cálida por un segundo. Sus ojos fijos hacia fuera de la carreta, como si rememoraba todas esas cosas que tanto amaba. Después de un rato, dio un suspiro y giró mirando a Kagami. Su cara seguía luciendo amable, pero pareció volverse más serio cuando dijo—. Sé que es difícil pasar por todo esto, ser obligado a abandonarlo todo, ser despojado de tu orgullo y dignidad, pero créeme, al final... estarás bien. Mientras estés vivo, siempre existirá la esperanza de obtener un futuro mejor. No todo está perdido, Kagami.
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Conquered Hearts » [ AoKi ]
Historyczne❝Su primer encuentro tuvo lugar en un campo de batalla, de pie en lados opuestos. El comandante general Aomine Daiki sabe que la única forma para obtener al general Kise Ryouta es ganarlo como su trofeo de guerra. De cualquier forma, no solo es el c...