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[Megan Jones en multimedia]

“CAPITULO 3: SENSACIONES”
 



Otra mañana más, ya había mencionado lo mucho que odiaba las mañanas. Si no lo he hecho, pues lo haré ahora mismo, odio las mañanas, levantarme temprano e ir a trabajar a la granja. Bueno, dejando de lado el  hecho de trabajar en este abandonico lugar, con Vinnie el tiempo pasaba rápido y no era tan malo después de todo.

Lo poco que nos llevábamos conociendo él siempre trataba que la pasemos bien ambos, aunque eso no quitaba el hecho de que se la pasaba haciendo chistes sobre nosotros o de vez en cuanto soltaba algún que otro halago, eso era algo que había notado en Vinnie, siempre decía lo que pensaba, ya sea si te ves linda o si tienes un moco en tu nariz, lo que no me molestaba de hecho me parecía genial que la gente diga lo que piensa y no que se lo ande guardando, yo no soy una persona que diga todo lo que se venga a mi mente. Estoy tan desgastada, hace años no me pasaba que alguien me llame linda o que siquiera me diga que soy una persona graciosa o con la que se pasa buen rato, Jacob y Kat nunca me lo decían.

Por otra parte Vinnie se encargaba de venir todas las mañanas a las seis y terminábamos a las diez, luego a la tarde yo me dedicaba de hacer todo el trabajo restante hasta que se cumplían las cuatro. La verdad es que no habíamos avanzado una mierda con el trabajo, pero como era poco en una semana más la terminaríamos, por ejemplo ahora nos encontrábamos teniendo una guerra de agua, y claramente yo la iba a ganar.
 
—¡Espera, espera, espera!— interrumpió él mientras ambos dejábamos de correr.
 
—¿Qué pasa?
 
—¿Esto tendrá premio?
 
—Uhmm, claro que lo tendrá.—Sonreí maliciosa.
 
—Estoy hablando en serio, Megan.
 
—Yo también lo hago Vinnie, además será un buen premio, solo gana y te lo diré.
 
—Espero que sea uno muy bueno.
 
Posé mi mirada en su musculosa blanca—como las que solía traer casi siempre— que se encontraba mojada y su marcado abdomen se podía detectar, y una mancha negra era situada en el medio de su pecho. Joder, este hombre estaba buenísimo, solo imagínate las pocas posibilidades que tiene alguien de tener a un chico así como pareja. Solo imagínatelo, porque claramente nunca podré tener a alguien tan lindo y sexy como él de novio. Pude notar que sus ojos se posaban en mi rostro mientras que su sonrisa se ampliaba, sus grandes manos se dirigieron a la tela que cubría su cuerpo y sentí y mi respiración comenzó a fallar. Tomé una respiración profunda cuando de nuevo me miró y yo solo podía mantener mi vista en ese tatuaje nuevo que tenía en su pecho.
 
—Con que… una araña.— sentí como mis mejillas estaban calientes, seguramente se encontraban más que rojas.
 
—Uhum.—relamió su labio inferior.
 
—Le tengo fobia a las arañas Vinnie, cómo puedes tatuarte una, eres un maniático.
 
—No hacen nada, ¿porqué tendrías que tenerle miedo?
 
—No lo se, solo lo tengo, además son feas.
 
—¿La mía te parece fea?— se acercó a mi.
 
—Tal vez.
 
Sentí su respiración pesada mientras caminaba más cerca de mi, al escuchar esas palabras lo primero que hizo fue sonreír dejando a la vista sus alineados dientes. No me esperaba lo que hizo después al quedar frente a mi, dirigió su mano hacía la mía mientras me tomaba de la muñeca y la levanto guiándola hacia su tatuaje, con uno de mis dedos dejó que apenas roce el contorno del mismo, se sentía suave bajo mi tacto, él soltó una bocada de aire y solo me miraba expectante con ese par de ojos grandes y verdes, su altura era intimidante, y tenía que levantar mi cabeza para poder mirarlo a los ojos.

Mis dedos temblorosos siguieron tocando el pequeño tatuaje cuando él bajo su mano hacia su costado para ahora dejarme a mi haciendo lo que me estaba enseñando antes. Ni siquiera sabía porque mis manos seguían haciendo aquello, pero no podía controlarlo, tenía ganas de seguir tocando aquel tatuaje y todo parecía ser solo nosotros. Megan y un desconocido, el desconocido que vive al lado.
De repente el chico que tenía delante de mi se acercó hasta que nuestras narices se rozaban, y estábamos a centímetros el uno del otro. Miró por un milésimo segundo hacia mis labios y luego habló mientras mantenía su mirada en aquel lugar.
 
—¿Ahora has cambiado de opinión?—podía apreciar que su voz ahora era un poco más ronca de lo que ya era .
 
¿Qué era respirar?¿Cómo se hacía eso? Creo que estoy mareada, nunca había llegado a este nivel de cercanía con alguien, de hecho siempre evitaba esto con los chicos, pero con Vinnie Hacker era todo inesperado.
 
—No lo se.— aclaré mi garganta y ahora él tomó mi muñeca nuevamente para que acaricié la línea recta del medio de su abdomen donde sus marcados abdominales estaban presentes.
 
—¿He mencionado lo mucho que me encantan los desafíos?
 
—No, nunca lo has mencionado.
 
—Pues ahora lo sabes.
 
Solté mi mano de su agarre alejándola de su cuerpo mientras hacia dos pasos hacia atrás. Estar lejos de este chico era lo mejor que podía hacer.
 
—Que bueno saberlo, otro dato para tus admiradoras Vinnie Hacker.—solté una pequeña risa nerviosa.
 
—Claro, el dato era solo para ti.
 
—Ahora lo divulgaré, perdón.
 
—Ya no se puede confiar en nadie.— alejó su cabello mojado de su vista.
 
—Claro que no debes confiar en nadie.
 
Tomé la cubeta que contenía agua y se la tiré, las gotas caían por su cuerpo mientras él se comenzaba a reír fuertemente.
 
—¡Eres una traidora!
 
Comenzó a correrme por todo el lugar, todo el barro que habíamos hecho estaba resbaloso lo que hizo que Vinnie caiga al suelo cuando trató de alcanzarme. Sus pantalones estaban completamente lleno de barro por detrás, y seguía riéndose mientras se trataba de parar, lo que fue imposible el hecho de no unirme a su risa.
 
—A veces me pregunto si eres idiota o te haces Vinnie—reí— ¿Estás bien?.
 
Me acerqué a él mientras le ofrecía mi mano para ayudarlo a levantarse. Él me miró con diversión mientras tomaba mi mano pero me tiraba junto a él haciendo que caiga de culo hacía el barro, sentí el frío traspasando la tela del jean.
 
—¡Vinnie!
 
—Agradece, hace calor, el barro te refrescará.
 
—Estás loco, tengo frío, son casi las nueve de la noche.
 
—Son las seis, y el sol todavía se ve.
 
—Deberíamos dejar de jugar, ya tengo sueño y frío.
 
—Podemos ir a jugar a mi casa.—propuso.
 
—¿Jugar?¿a qué te refieres? Sabes que eso puede ser sacado de contexto—lo miré frunciendo un poco el ceño y lo escuché murmurar algo.—. ¿Qué has dicho?
 
—¿Uhm?¿yo?—preguntó incrédulo.
 
—Si, tú, quién más sino.
 
—Yo no he dicho nada, pero me refería a jugar con los demás chicos, hoy vendrían a casa a las ocho, pero si no quieres, esta bien.
 
—¿Los chicos del parque?
 
—Si, ellos.
 
—Esta bien, solo espera, debo buscar ropa, ¿me esperas o te vas a tu casa y luego te alcanzo?
 
—No, te espero.— tomó su camiseta que se encontraba en el suelo y luego comenzó a caminar hacia mi.
 
Se posó a mi lado y ambos comenzamos a caminar hacia la casa de mis abuelos, entré por la puerta trasera donde se encontraba la cocina, Vinnie se encontraba siguiéndome, y no llevaba nada puesto y todo su cuerpo quedaba expuesto. Rápidamente subí a mi habitación cuando no vi a mi abuela por ningún lado dejando a mi acompañante en la cocina, tomé lo primero que vi en mi cama, y baje de nuevo al encuentro con el chico.

El Chico De Al Lado                                        [Vinnie Hacker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora