Laguna Nix

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#WritoberJotson #Writetober2020

Todos los años el 2 de octubre María y Miguel viajaban a la laguna Nix, cercana al pueblo del mismo nombre y a unas tres horas en auto de la ciudad en donde vivían. Para María este era un viaje de suma importancia al considerarlo la piedra angular de todo su matrimonio, pues fue allí en donde Miguel le pidió que se casaran; como todos los años, ella comenzó a hacer los preparativos, pensando incluso en el más pequeño detalle. Cuando llegó el tan esperado día, ella se levantó más temprano de lo usual para asegurarse de que todo estuviera en su lugar, cuando estaba lista para partir, su esposo la esperaba en el auto, en el asiento del copiloto, ya que hacía unos años había perdido su licencia de conducción y a ella no le molestaba conducir, menos si era para llegar a un lugar tan preciado. Su estancia en el lugar no iba más allá de un recorrido en auto y un tranquilo día de campo, pero para ella eso era suficiente, siempre y cuando estuviera con su marido. Era una tradición que habían acogido desde su primer aniversario y que desde el primer momento comenzó a ser especial. De regreso a casa pasaron por un lugar famoso por la cantidad de accidentes que habían sucedido debido a las curvas cerradas, en esa parte del trayecto María bajó la velocidad del auto, pero cuando estaba pasando por la última curva pestañeó y al abrir sus ojos cientos de imágenes de un accidente pasaron pos su mente, tan vívidas como si lo estuviese viviendo, alterada por no entender qué sucedía frenó de inmediato, golpeándose la cabeza. Al despertar, lo primero que vio fueron cuatro paredes de un blanco impoluto, estaba acostada y había algo que le impedía levantarse, miró hacia abajo, tenía una camisa de fuerza y estaba atada a la cama, sin saber qué hacer, trató de gritar por ayuda. Fuera de la habitación, escuchando los gritos de María, una joven y un hombre de avanzada edad hablaban angustiados. —Doctor, ¿cómo se encuentra mi madre? —Como podrá escuchar, no muy bien. Hasta hace poco estaba estable, conversaba con los demás y hablaba sobre usted y su difunto esposo, pero el primero de octubre, algunos pacientes reportaron haberla escuchado hablar sobre una laguna e incluso guardó parte de su comida y al otro día se sentó sola en el patio con la comida que había logrado esconder de nosotros, la tenía servida en dos platos así que alguien le preguntó si esperaba a otro paciente, pero ella pidió que no la interrumpieran mientras celebraba su aniversario con su esposo; unas horas después comenzó a gritar y a llorar. Tuvimos que sedarla para que se tranquilizarla y tal como la escucha, así ha reaccionado todos los días en cuanto despierta.

Calabazas de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora