Calabazas de medianoche

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Tema: ¿Cómo estuvo tu día hoy?

—¿Cómo estuvo tu día hoy? —escuchó esas palabras retumbar por toda la habitación y recorrerle con recelo su espina dorsal.

—De maravilla, o ¿es que no ves? —dijo con todo el sarcasmo que tenía en su ya debilitado cuerpo, mientras con fuerza trataba de agitar sus manos atadas en la silla.

No pudo ver gestos, ni gozar de la expresión que su comentario pudiera haber causado, simplemente escuchó una macabra risa que logró helarle la sangre.

—Me alegro que te lo tomes con diversión, eso hará que nuestra estancia aquí sea más agradable.

—Al menos muéstrate, ¡cobarde!

No dejaba de forcejear las cuerdas que le ataban, su desesperación crecía con cada minuto y no solo por no poderse liberar de sus ataduras; le desquiciaba no poder darle rostro a la voz que le torturaba día y noche.

¿Cómo era posible que lograran menguar tanto su espíritu? Fácil, no le habían dejado dormir desde que estaba en ese pringoso lugar; desde esa horrible voz haciendo malos chistes, hasta interminables horas de ruidos sin sentido.

Se tomaban la molestia de alimentarle bien, para después dejarle la tortuosa fortuna de pasar horas con sus ropas mojadas, en temperaturas bajo cero.

Eran cosas tan sencillas que parecían inofensivas, si le preguntas a la persona indicada, lo que no entendía era por qué, ¿por qué le tenían en ese lugar?

No sabía cuánto tiempo llevaba allí, pero era tanto que comenzaba a pensar que de verdad no querían su dinero como pensó en un principio, pero ¿entonces qué querían?