Atada a ti {Michael Jackson}

20

Narra Michael

Richie sostiene el saco de boxeo.

—Ya es hora de ir a casa —Dice pasándome una toalla para secar el sudor.

Eran las diez de la noche, y no quería volver a casa. No soportaba tener que verla, tener que dormir a su lado... No podía.

—¿Puedo quedarme?

Suspira y asiente con la cabeza

—Claro que si, pero tienes que irte mañana —Palmea mi hombro cuando pasa a mi lado— Sé que lo que hizo te dolió mucho pero tienen que hablar, llegar a un acuerdo o no van a casarse.

No podía hablarle, estaba tan molesto que si le llegaba a hablar le gritaría y diría cosas que realmente no siento.

¿Cómo pudo mirarme a los ojos después de haberme engañado? 

Y sé que tal vez para ella esto no signifique nada pero... Maldición, para mí lo era todo.

—Hey, nena —Su esposa llega con Prince en brazos

°°°°

Al final decidí volver, ya no quería seguir molestando a su familia.

Apenas cruzo la puerta Allyson se lanza a mis brazos con fuerza, haciendo que casi pierda el equilibrio. Tengo que soltar el bolso para poder sostenerla y que no cayera al piso.

—Oh dios... Que bueno que están bien —Susurra en mi oído— Estaba tan preocupada.

Mi Nana que sostenía a Prince me guiña el ojo y se va, dejándome a solas con Allyson.

—¿Disculpa? —Digo empezando a caminar aún en esa posición.

Ella me sostenía fuerte, sus brazos al rededor de mi cuello, y sus piernas rodeaban con fuerza mi cintura. No parecía querer soltarme.

—Es que... No respondías mis llamadas desde ayer, y te habías ido con Prince sin avisar... —Su voz se iba apagando cada vez más, hasta que deja escapar un sollozo. ¿Por qué lloraba?— Creí que me habías dejado... O que les había pasado algo

Estaba cansado, y no tenía ganas de discutir.

—Estamos bien —La bajo en las escaleras.

Cuando me suelta empiezo a subir hacia mi habitación.

—Michael... —Dice mi nombre pero no me detengo

Cada vez que la miro no puedo evitar imaginarme a ella besando al estúpido de Leo

¿Cómo lo hace?¿Cómo hace para tener a todas a sus pies?

—Michael —Vuelve a repetir.

Esta vez escucho sus pasos detrás de mi.

Cuando entro a la habitación empiezo a despojarme de la ropa, aún no me había duchado por lo que aún estoy todo sudado.

—Perdoname —Se pone frente a mi, estaba llorando pero no me hacía sentir mal, no quería borrar sus lágrimas con besos— Lamento mucho todo lo que hice, estoy muy arrepentida.

—Debiste haberlo pensado antes.

La aparto de mi camino y entro al baño. Aún conservaba mi bóxer porque sabía que ella estaba mirándome.