La rabia de Hope la impulsó a bajar a las mazmorras, pero algo instintivo la hizo dudar cuando llegó al final de las escaleras. El aire estaba cargado de tensión, y la sensación sólo empeoró cuanto más lejos viajaba por el pasillo.
Hope debe haber estado allí abajo cientos de veces antes, y sin embargo se sentía diferente de lo que normalmente lo hacía. El miedo se retorció en su estómago y algo en ella le rogó que se devolviera. Se le ocurrió que se sentía como si estuviera entrando en la guarida de un depredador.
Parecía ser más oscuro de lo normal, lo que Hope encontró desconcertante e inexplicable. Cuando Hope miró directamente las lámparas que cubrían las paredes parecían brillar a toda intensidad. Sin embargo, en el momento en que miraba a lo lejos, parecía tener visión de túnel, de la forma en que la vista se estrecha en los bordes cuando los ojos se mantienen quietos durante demasiado tiempo. Era como si el aire estuviera lleno de algún tipo de energía que atrofiaba los rayos de luz en su fuente.
Hope consideró seriamente la posibilidad de dar marcha atrás. Pero no era cobarde, y había venido aquí por una razón: para averiguar qué demonios era este nuevo monstruo. Necesitaba saberlo para poder prepararse para proteger a sus amigos. No tenía intención de irse hasta que tuviera la información que buscaba, así que decidió encenderse.
Hope se arrepintió instantáneamente de esa decisión en el momento en que lo vio. Parecía un hombre por detrás, pero estaba encorvado en un rincón de la celda de espaldas. No tenía camisa, su piel era gruesa como el cuero, verde oscuro y enfermiza. Su pelo era desarreglado y despeinado; sus músculos estaban deformados y antinaturales, sobresaliendo en todos los lugares equivocados y perpetuamente tensos como una cuerda de arco.
Parecía tener una energía inquieta y esporádica, porque se movía sobre sus pies, casi retorciéndose con su frente presionada contra la pared celular. Murmuraba algo para sí mismo bajo su aliento en una corriente perpetua de conciencia, demasiado baja y rápida para ser comprensible.
Parecía torturado.
Hope fue golpeada con la peor clase de empatía posible, tan fuerte y desgarradora que instantáneamente sintió la necesidad de vomitar. Era una empatía manchada por el miedo a lo peor que una persona podía llegar a ser; una empatía que sólo podía imaginarse siendo provocada por un viaje al infierno.
Dejó de alejarse unos metros de las barras de la celda, mirándola fijamente y considerando seriamente la posibilidad de volverse atrás antes de que la viera. Su estómago cayó cuando de repente se calmó y se quedó en silencio.
Por desconcertante que haya sido su divagación, el silencio fue mucho peor. Dio paso a una tensión como ninguna otra que Hope hubiera sentido antes. Sabía que su presencia había sido detectada, podía sentir el hecho de que la cosa se había dado cuenta de ella. Se sintió paralizada y extrañamente expuesta, una oleada de mareos casi la obligó a sentarse en el suelo.
Se volvió para mirarlo, sus movimientos eran terriblemente lentos. Hope se sintió más horrorizada con cada nuevo centímetro que se reveló, todo en él estaba lo suficientemente apagado como para ser perturbador. Sus ojos estaban demasiado hundidos en su cabeza y desviados, de alguna manera vidriosos y penetrantes al mismo tiempo. Su boca estaba puesta en un ceño fruncido, las comisuras de sus labios tiraban de forma antinatural.
Miró fijamente a Hope por un momento, y luego aspiró un aliento de cascabeleo antes de hablar.
—Ah —se liberó con una exhalación prolongada.
Cuando el monstruo siguió hablando, su voz era áspera y se quebraba en cada palabra, como si sus cuerdas vocales estuvieran tan malformadas como el resto de su cuerpo. El ritmo de su discurso era errático y fluctuante, y su cuerpo se movía violentamente con cada frase como si tropezar con sus palabras lo alimentara con un estallido de energía.
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Lizzie Saltzman, Matchmaker
FanfictionÉste fanfic es una traducción de "Lizzie Saltzman, Matchmaker". Todos los ©DerechosDeAutor son pertenecientes a TheNutcase.