Lizzie Saltzman, Matchmaker

Capítulo 40: Desterrar

Se movían en sincronía, como si hubieran hecho rituales juntas miles de veces antes. Pero siempre había sido así, Hope se dio cuenta, haciendo magia juntas.

Nunca hubo una desconexión. Nunca hubo una cuestión de quién estaba destinada a hacer qué, ni ninguna duda. Sólo dar y tomar, empujar y tirar como una marea.

Josie encendió un fósforo y lo usó para encender una vela. Hope esparció algunas hierbas en un intrincado círculo en el suelo.

Trabajaban en un silencio pacífico y concentrado. Ahora que estaban más cerca, las cosas fluían aún más suavemente.

Mirando a Josie a la luz de las velas, Hope se preguntó cómo se las arregló para negar sus propios sentimientos durante tanto tiempo. Josie tenía los ojos oscuros y brillantes a la luz de las velas.

Era hermosa.

Su profundidad; su fuerza tranquila.

Los dedos de Hope se movieron mientras miraba fijamente, una manifestación física de su deseo de pintar la imagen que tenía delante.

Hope dudaba de que alguna vez lo capturara todo, por mucho que lo intentara. Tanto de Josie era demasiado difícil para capturar.

La inteligencia de Josie no era exactamente obvia visualmente, pero siempre estaba ahí, justo debajo de la superficie, siempre insinuada en la forma en que miraba a la gente, o la forma en que miraba fijamente al espacio con la frente arrugada cuando pensaba.

El tanto de Josie estaba activo. Siempre vivía lejos en el pasado o planeaba el futuro. Capturar todo en un momento estático parecía ser casi imposible.

Pero Hope quería intentarlo. Hope quería sentarse en un caballete e intentar capturar a Josie en un lienzo durante horas. Quería seguir intentándolo una y otra vez hasta conseguirlo perfecto.

Hope ni siquiera recordaba haber deseado tanto algo.

Quería mirar fijamente a los ojos de Josie hasta que descifrara el código de cómo capturarlos, hasta que finalmente pudiera trazar un mapa de cada faceta de la mente de Josie Saltzman.

Porque entonces sabría exactamente cómo pintarla.

Hope sintió que se acercaba, a veces poniendo una pieza más del rompecabezas en su lugar. Josie era un libro abierto, en cierto modo, si alguien se preocupaba por intentar leerla.

Pero no había nada simple en ella. Si fuera un libro, su trama sería densa e intrincada. Había todo un mundo expansivo dentro de su cabeza.

Parte de Hope quería explorar todo esto.

Pero otra parte de Hope intentaba no ser demasiado intensa.

Lo cual no fue una tarea fácil. Con Josie, Hope a menudo se sorprendía a sí misma olvidando que el mundo estaba en movimiento.

Estar con Josie hizo que el mundo se estrechara sobre sí mismo. Hizo que Hope se olvidara de todo lo demás.

Se olvidó de cualquier drama que estuviera pasando en ese momento. Se olvidó de los monstruos, de Malivore, del Nigromante, de Landon y de lo que sea que haya en el sótano.

Todo en lo que podía pensar era en hacer sonreír a Josie.

El tiempo actuó de forma extraña, como si el presente se expandiera y el pasado y el futuro se olvidaran. Todo se volvió casi dolorosamente vívido.

Fue como magia.

Josie hizo que Hope se sintiera segura, y eso fue algo mágico en sí mismo dadas las circunstancias.