Alexandra Kensington.
Probablemente, una de las cosas que más me gustaban de los fines de semana, eran las fiestas. La mayor parte de mi vida, fui una persona tímida y cerrada, las chicas que seguían a sus amigas por atrás; en las sombras de lo que deseaban ser. Las veces que salía con esas personas, íbamos a fiestas en la que yo era aplastada por la masa de gente y en las que me tenía que quedar junto a mis amigas mientras ellas hablaban.
Y luego conocí a Gwen, una de las chicas más despampanantes y libres que conocí en mucho tiempo. Tenía un algo que, cuando hablaba con ella, todo rastro de sombra se iba. Era yo devuelta, no una niña cerrada que seguía a todos. Gwenie me ayudó a mostrarme como realmente era. Gracias a ella y a la confianza que me ayudo a conseguir, disfruto de las fiestas como la chica que baila sobre la barra sin importar nada.
Pase de ser la sombra de alguien, a ser el alma de la fiesta.
Las fiestas en casa de Logan Hart eran, sin duda, unas de las mejores de la zona. Su mansión era enorme y con una gran piscina, los parlantes estaban estratégicamente colocados dejando que la música suene por todo el lugar, estridente y casi abrumadora cuando tenías la cabeza llena de alcohol. La masa de gente saltaba en una especie de baile deforme, con las sombras de cientos de brazos moviéndose en aquel mar de oscuridad y luces fosforescentes. La máquina de humo soltaba este de vez en cuando y los patrones de las luces iban variando creando formas irregulares en el suelo o en las paredes.
En el ambiente se sentía el olor a sudor mezclado con el del alcohol y cigarrillo, y más cosas. Afuera, la piscina era ocupada por un grupo de chicos borrachos que, impulsados por Sean y Lucas, saltaron con ropa puesta y todo. El resto del patio estaba dividido entre gente bailando, charlando, vomitando o inconsciente. Apoyada en la isla de la cocina bebiendo uno de los tragos de Lucas, esperaba a que Nick llegase de ir a pedirle algo a su mejor amigo.
Llevaba un vestido bordo de brillos y corto, que hacía que el frío golpease con mis piernas desnudas y que resaltaba mi escote. Siempre tuve complejos con mi cuerpo, mis pechos eran grandes para una chica de mi edad, pero mi cintura no era estrecha y mis caderas eran considerablemente grandes. Mis piernas eran cortas, por eso mayormente usaba tacones. Sin embargo, me consideraba una chica guapa de rostro, o al menos lo que se considera atractivo; nariz pequeña, ojos verdes y labios gruesos.
Aun así, mis problemas de autoestima eran cada vez peores, por eso me gustaba estar con Nick, él lograba que mis pensamientos hacía mi misma incrementaran positivamente. Nicholas Whitehook me hacía bien y eso era lo unico que necesitaba.
Tenía llamadas perdidas de mi padre y un mensaje que no me moleste en leer, seguramente regañándome. Así era él, alguien rígido y controlador, que buscaba cualquier imperfección para arreglarla y volverme perfecta. Mi hermana nunca pasó por la presión que yo tenía, porque siempre fue perfecta. Buenas notas, físico perfecto y esa misma necesidad de querer controlar todo.
Tal vez por eso me llevaba mejor con mi madre, la cual desde que se separó de papá, luego de un engaño, era una mujer totalmente libre y decidida. »Primero contrólate a ti y tus demonios antes de que los demás te controlen primero« me dijo cuando era niña y estábamos en el juzgado para la custodia.
Podía ser que por esa razón, congenié tan bien con Nick. Él siempre fue una persona neutra, no era totalmente liberal pero tampoco buscaba controlar cualquier imperfección en cada cosa que se le cruce. Estuve tan acostumbrada a que toda mi vida me controlen, que tener una pareja así era lo más sano que se me ocurría que podía conseguir jamás.
—Volví, Alex—sentí una voz a mi lado y un brazo en mis hombros.
Era pesado pero tenía un ligero agarre, que casi no se notaba. La colonia varonil que llegaba a mis fosas nasales obstruía completamente el olor a sudor y alcohol.
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El juego de los corazones rotos
Teen FictionUn corazón roto, es una parte de ti desaparecida; hundida en lo más profundo de tu alma, aquel lugar que es sofocado de tristeza y destrucción. Es una parte de ti que se va, se desvanece con lágrimas dolorosas y sollozos fuertes, desgarradores. ¿Co...