Recopilación del reto de los microfics propuestos en septiembre y que engloban una misma historia. #reylomicrofic
Cuando Rey es contratada por la señora de Alderaan Leia Organa para que use sus habilidades como bruja para encontrar a su hijo desapar...
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Hace un año, el fuego consumía aquellas tierras. Hoy, los esfuerzos por la reconstrucción ya daban sus frutos, y la nueva fortaleza de Alderaan empezaba a asomar sobre las colinas.
Rey observaba los trabajos llena de orgullo, viendo como poco a poco, las gentes que al principio trataban a Ben con reticencia, iban apoyándose más y más en él en busca de consejo u órdenes como único hijo de la señora, mientras ella estaba en la nueva corte, sin importar que su padre solo fuera un caballero.
Como Alderaan, el reino se recuperaba del impacto de haber perdido a su rey y de descubrir que él había sido el causante de las villanías de la Orden de Ren. El nuevo Consejo aún deliberaba la sucesión, pero todos tenían claro una cosa. Querían la paz.
En cuanto a ella, que nunca había tenido un sitio al que llamar hogar, descubrió lo que era ser bienvenida en un lugar y recibir el cariño de la gente. Y también alguna que otra insistencia de las más mayores para que se casara con el joven Solo, era lo suyo ya que estaban viviendo juntos, lo que le resultaba muy gracioso. Y si conseguía calmarlas con alguna que otra consulta al tarot, eso quedaba entre ellas.
Una noche, mientras echaba las cartas para echar un vistazo al futuro, Rey preguntó a Ben sobre algo que llevaba tiempo pensando:
- Sin el libro, ¿nadie puede crear el elixir?
- Tendría que empezar desde cero – respondió Ben ausente avivando el fuego.
- ¿Y tú? ¿Crees que podrías volver a hacerlo? - Ben le miró extrañado - Podrías vivir varias vidas.
- Solo necesito una – respondió él.
Y el enlace que los unía, el que ella había hecho para protegerlo hace ya tanto tiempo y que latía con más fuerza cada día, le dijo que lo necesitaba saber: " Solo necesito una vida contigo".
Rey se levantó para saltar sobre él, quien la recibió riendo con los brazos abiertos.
Las cartas y su mensaje olvidadas sobre la mesa. Bocarriba, encima de todas las demás, resplandecía una de ellas bajo la luz de las velas: los amantes.
