my Amo (Noah Schnapp)

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¡Santa Maria! Lleva una  camisa blanca, con el cuello abierto y pantalones de franela gris que cuelgan de sus caderas. Su pelo rebelde aún está húmedo por la ducha. Mí boca se seca mirándolo…están malditamente caliente. Schnapp es seguido dentro de la suite por un hombre de casi treinta, pelo roludo pero bien peinado, vestido con un traje oscuro y corbata, que se queda en silencio en un rincón. Sus ojos color café oscuro nos observan impasibles.

–Señorita ______, nos encontramos de nuevo –Schnapp extiende su mano y la estrecho, parpadeando rápidamente. Oh mí… el es en realidad, bastante… wow. Mientras sujeto su mano, percibo esa deliciosa corriente que atraviesa e ilumina mí cuerpo, me hace sonrojar y estoy segura de que mí respiración errática debe ser audible.

–Señor Schnapp, le presento a Charlie Smith –murmuro, agitando mí mano hacia Charlie, que se adelanta, mirándolo a los ojos.

–La tenaz señorita Smith ¿Cómo  está? –le da una pequeña sonrisa, luciendo genuinamente divertido —¿Confío en que se sienta mejor? ______ dijo que estaba enferma la semana pasada.

– Estoy bien, gracias, señor Schnapp– le da la mano con firmeza y sin pestañear. Me recuerdo a mí misma que Charlie ha estado en las mejores escuelas privadas de Washington. Su familia tiene dinero y ha crecido con confianza y segura de su lugar en el mundo. No asume ningún tipo de basura. Estoy asustada de ella – Gracias por tomarse el tiempo para hacer esto – le da una sonrisa amable y profesional.

– Es un placer – responde, volviendo su mirada hacia mí, haciéndome sonrojar otra vez. Diablos.

– Este es Jack Grazer, nuestro fotógrafo – le digo, sonrio a Jack quien me devuelve una sonrisa cariñosa y luego mira a Schnapp con frialdad.

–Señor Schnapp –lo saluda con un movimiento de cabeza.

–Señor Grazer

La expresión de Schnapp también cambia mientras observa a Jack.

–¿Dónde quiere que me coloque? –le pregunta Schnapp en tono ligeramente amenazador.

Pero Charli no está dispuesta a dejar que José lleve la voz de cantante.

–Señor Schnapp, ¿Puede sentarse aquí, por favor? Tenga cuidado con los cables. Y luego haremos también unas cuantas de pie.

Le indica una silla colocada contra la pared.

Asher encienden las luces, que cuentan a Schnapp, y susurra una disculpa. Luego el y yo nos quedamos atrás y observamos a Jack mientras toma las fotografías. Hace varias con la cámara en la mano, pidiéndole a Schnapp que se gire a un lado, al otro, que mueva un brazo y vuelva a bajarlo. Luego coloca la cámara en el trípode y sigue haciendo fotos de Schnapp sentado, posando pacientemente y con naturalidad, durante unos 20 minutos. Mi deseo se a hecho realidad: admiro a Schnapp desde una distancia no tan larga. En dos ocasiones nuestros ojos se encuentran y tengo que apartar la mirada de la suya, tan inexplicable.

–Ya tenemos bastantes sentado –interrumpe Charli – ¿Puede ponerse de pie, señor Schnapp?

Se levanta y Asher corre a retirar la silla. El obturador de la Nikon de Jack empieza a chasquear de nuevo.

–Creo que ya tenemos suficientes – anuncia Jack cinco minutos después.

–Muy bien –dice Charli – gracias de nuevo, señor Schnapp.

Le estrecha la mano, y también a Jack.

–Me encanta leer su artículo, señorita Smith – murmura Schnapp, y se vuelve hacia mi, que estoy junto a la puerta– ¿Viene conmigo, señorita _____? – me pregunta