𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 | 𝐒𝐚𝐬𝐮𝐧𝐚𝐫𝐮

Segundo Capítulo

Los rayos de sol sobrepasaban los vidrios de las ventanas, el sonido de los pájaros se escuchaban, pero lo único que atormentaba era ver como apretaba la tapa del bolígrafo para ver como la punta entraba y salía, los nervios se aporderaban en toda la habitación en donde se encontraban todos los miembros del comité de la Realeza.

Minato Uzumaki estaba al frente de toda la sala explicando con detalle en cómo se iba hacer el plan para llegar a un acuerdo con los vampiros para que así no ocurra una gran guerra entre ambos bandos para evitar una gran pérdidas de vidas en el Reino.

Una jovencita que circulaba como unos 19 años de edad interrumpió al rey, al levantar la mano y tener la observación de todos los miembros de la reunión.

—Me niego —dijo Temari mirando fijamente a los ojos de Minato —Padre, o más bien, su majestad, me niego rotundamente en llegar a un acuerdo con esos piel pálida, es como si estuviera atentando con su propia vida. ¿Y si ellos se niegan? Perderíamos gran parte de la vida de las personas como también poner en peligro la vida de su majestad. —frunció su entrecejo.

—Su majestad yo creo que usted más que nadie sabe el peligro que es llegar a un acuerdo con ellos, yo creo que el plan de enviar a un mensajero, es algo muy bajo, ya que como ellos son muy obstinados lo más probable que quieran será la presencia de su majestad para llegar a un acuerdo. Como dijo mi hermana, su vida estaría en peligro  y la aldea completa estaria sin ningún líder a quien seguir. —dijo mientras caminada al rededor del lugar jugando con un bolígrafo —También no olvidemos lo que pasó hace unos 10 años atrás. Yo se que su majestad no querrá que lo mismo sucediera. —se detuvo atrás de su hermana apoyando sus manos en los hombros de aquella, ambos observando fijamente a los ojos de su padre.

Un silencio incómodo se hizo presente en ese momento, esperando que Minato dijera alguna palabra.

Luego de unos segundos el rubio estaba listo para dar una respuesta a aquellos jóvenes que lo miraban con enojo. Pero las puertas de aquel salón se abrieron fuertemente, llamando la atención de todos en la sala.

La luz del sol resplandecía en la frente de aquel hombre y al ver el sudor cayendo de aquella frente, escuchar como apenas podía respirar, su respiración era muy agitada por el cansancio de tanto correr, sus manos y piernas temblaban lo cual causaba mayor angustia de saber lo que pasaba.

Los guardias que vigilaban afuera de la sala, lo agarraron de ambas manos, haciéndolo caer al suelo y apoyando su cara al suelo.

Uno de los guardias le grito, diciéndole que eso era una falta de respeto hacia la realeza y a los que estaban presentes en esa reunión.
El hombre con las pocas fuerzas que le quedaba, pasó saliva fuertemente y habló.

—S-sueltenme, los vampiros... están por invadir la aldea. —murmuró

Todos se levantaron rápidamente de sus asientos y se miraban entre ellos por las palabras que acababan de escuchar.

Rápidamente Gaara, se acerco donde aquel hombre y agarro una de las espadas de uno de los guardias y apuntó hacia el suelo a dirección de la cabeza del hombre.

—¡¿De qué mierda estás hablando?! Se supone que enviamos a unos Anbu a que vigilarán la frontera, imposible a que los vampiros cruzarán.

El hombre comenzó a temblar más de lo que estaba antes y pasó saliva. —Nos emboscaron de sorpresa, eran más que nosotros, a todos... A todos los mataron.

Temari tenía los ojos abiertos de sorpresa por lo que escuchaba, con pasos lentos se acercó hacia Gaara y lo tomo con cuidado de su brazo, mientras miraba a el hombre.

—G-gaara, Kankuro fue con los Anbu, él estaba con ellos...

(...)

La brisa que pasaba por la ventana hacía que el salón se volviera un lugar fresquito, lindo para descansar o eso suponía el pequeño rubio, a él le hubiera gustado tomar una siesta en aquel momento, pero las palabras del profesor Iruka-sensei decían lo contrario.