𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 | 𝐒𝐚𝐬𝐮𝐧𝐚𝐫𝐮

Cuarto Capítulo

La luz del día entraba a través de los ventanales de la habitación, los rayos del sol eran más bajos que los presentes en ese momento, se estaba haciendo de noche. Naruto recobró la consciencia bastante desorientado de la realidad que lo estaba envolviendo y golpeando de repente. No se escuchaba nada, toda la habitación estaba desierta, se reincorporo lentamente, un fuerte dolor de cabeza le vino, hasta que al fin pudo sentarse sobre la cama en la que el estaba durmiendo. Llevo una de sus manos a su cabeza quejándose por el fuerte dolor que le venía. Trató de estabilizar el mareo y dolor que recorría por su cuerpo. Trataba de recordar lo ocurrido, sin embargo las escenas anteriores a perder la consciencia eran bastantes borrosas para descifrar la verdad.

Observó toda la habitación, era una gran habitación, mucho más grande que la habitación de sus padres, no podía recordar nada, no sabía en dónde se encontraba en ese momento.
Al momento en que trataba levantarse por primera vez un agudo dolor transcurrió a lo largo de su cabeza y jadeo instantáneamente. La segunda vez que trato fue más tolerable que la primera y la tercera finalmente fue su momento.

Observó a su alrededor, las cubiertas por cortinas, lugares que la cortina no podía ocultar se podía notar que el sol ya estaba por esconderse y la noche se haría presente. Naruto se dirigió a la puerta de aquella habitación, pero estaba cerrada con llave.

Trató de abrir de abrir la puerta, pero era inútil. La respiración de Naruto se volvió aún más irregular, poco a poco la obscuridad ya estaba llegando, lo cual apresaba a Naruto en esa habitación, la ansiedad lo consumía, comenzó a moverse a lo largo de la puerta tratando encontrar un espacio para poder encontrar la razón por el cual estaba cerrada. En la parte de arriba de la puerta vio como habían espacios pequeños, eran como unos ventanales para que pase aire. Naruto jalo uno de los muebles hacía la puerta para apegarla a ésta, subió arriba del mueble y logró encajar perfectamente. Naruto se sentía orgulloso y a la vez ofendido por su pequeño tamaño, pero gracias a eso pudo salir de la habitación.

Naruto miró alrededor, se encontraba en unos pasillos a los costados habían puertas enormes, parecían también ser habitaciones, en el palacio era igual, la diferencia es que era más iluminado y decorado, en combio esto parecía un internado de terror. A una dirección un aroma llegó a las fosas nazales del rubio que hizo que su estómago sonara por el hambre. Naruto sabía que no era momento de comer, estaba perdido, no recordaba nada, además despertó es una habitación encerrado, pero su hambre era mayor que su miedo, se dirigió con suma precaución al lugar donde provenía ese aroma exquisito; en la mesa de la supuesta cocina, encontró varios platillos deliciosos incluyendo postres, estaba a punto de agarrar algún bocadillo pero escucho unos pasos que se acercaban a la sala de cocina.

Naruto se escondió detrás de la mesa, sintió un escalofrío pasar por su cuerpo, no sabía en qué lugar estaba, pero en su interior presentía que estaba en un lugar muy peligroso. Al frente de éste se encontraba una caja de utensilios de cocina, tomó un cuchillo y sus manos comenzaron a temblar, estaba decidido en pelear, tenía que reunir las fuerzas suficientes para contraatacar a la persona que se acercaba. Naruto se armo de valor y se levantó para apuntar con el cuchillo a su contrincante, pero al observarlo de pie a cabeza dejó caer el cuchillo al suelo, su respiración se hizo más tranquila, y pequeñas lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, rápidamente abrazo a la persona. —Deidara no sabes lo feliz que me hace sentir al verte.

Deidara se quedó sorprendido que le costaba analizar lo que estaba pasando, luego de ver a quien lo estaba abrazando, hizo lo mismo, los latidos de su corazón comenzaron a latir con normalidad. Cuando Deidara llegó a este lugar un nudo en la garganta no lo dejaba hablar, los escalofríos que sentía en su cuerpo, lo acompañaban con los latidos del corazón que hacía que latieran más rápidamente por el sentimiento de miedo al estar en el territorio de los vampiros se apoderó del cuerpo de Deidara. Pero al darse cuenta que Naruto estaba con vida, todo esos sentimientos se fueron, la tranquilidad llegó, que las lágrimas también brotaron de éste, el nudo en su garganta se deshizo al fin podía llorar con tranquilidad provocando hipos al llamar el nombre de Naruto.