"Trágico."

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A Sanemi no debería importarle, pero le importa porque es un ser humano decente. Así que la tercera vez que ve a Tomioka sólo, se acerca.

-Ey.

Le dedica una sonrisa, un saludo con la mano. Pero sabe que a sus ojos no le llega la jovialidad, esos se quedan reservados para la preocupación.

Tomioka voltea a verlo y Sanemi se deja caer a su lado, en el sillón de descanso.

-¿Estás bien?

Los dos saben a que se refiere.

-Sí.

-¿Fuiste a ver a Kanae?

Intuye que no le va a gustar la respuesta.

Giyuu hecha la cabeza hacia atrás. Sanemi no atina a leer su expresión, porque leer a Tomioka es una de las cosas más difíciles que hay en el mundo, así que solo espera a que hable.

-No aún.

-¿Por qué?

-Tengo miedo.

Y quien no, si de lo que hablamos es del hanahaki.

🍁

Lo observa durante las reuniones y descansos, pero lo deja estar. Es cierto que Tomioka se ve más pálido que de costumbre, pero Shinazugawa mantiene su distancia. Quizás no quiera que le pregunte más, quizás solo quiera lidiar él sólo con el dichoso asunto.

Al final del día, busca a Nezuko, justo antes de ver cómo Tengen llenaba de preguntas a Kyojuro, seguidamente de ver cómo el mismo hombre lo jalaba por el brazo, llevándoselo de ahí.

-Ve tu, iré después.- le dice.

Sanemi no tiene idea de porqué se retrasa. Anota preguntarle luego. Acaba siguiendo a Mitsuri y a Himejima, que están discutiendo un tema sobre la materia que imparte Uzui. Las escucha, pero está muy seguro de que ambos están mal.

Luego se une a ellos Obanai, que intenta contarle algo a Mitsuri sobre quien sabe que. Sanemi está en otro lado, claramente. Hasta que ve a Giyuu evitar a todo el resto, que empieza a reunirse en el área común de su trabajo. Es evidente que intenta huir. Así que va tras él.

-Ahora vuelvo.- ni idea de si Mitsuri o Himejima lo oyen.

Alcanza a ver el distintivo cabello oscuro de Tomioka perderse tras el pasillo.

-¡Ey, Tomioka!

Lo encuentra en los baños.

La escena es mucho más horrible de lo que imaginaba.

La gente suele pintar al hanahaki como algo trágico, pero romántico, al fin y al cabo. Lo usan para representar a los amantes en obras de arte o cosas que intentan ser arte. Pero la realidad es más terrible.

Y más asquerosa.

La realidad está llena de saliva, de sangre y flores medio deshechas. Y más sangre. Mucha más sangre.

-¡Giyuu!- exclama. El otro voltea. Y luego tose, ahogándose. Shinazugawa se deja caer de rodillas a su lado, sin saber que hacer- ¿Estás bien?

No hay respuesta.

Si acaso la respuesta son las flores medio deshechas en la taza del baño. Amarillas y ensangrentadas.

𝐇𝐀𝐍𝐀𝑯𝑨𝑲𝑰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora