-capitulo 69

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-ven aquí amor mío- dijo Zabdiel en el momento en el que yo salí del baño con el pequeño enterizo que Zabdiel eligió, decidió que usaría este la última noche aquí, el puso música muy tranquila y sexy.

Ya desmaquillada y lista para dormir me dirigí a la cama con una sonrisa, me acosté junto a él, Zabdiel me abrazo, me pego a su pecho, nos abrazamos y acurrucamos.

Me jalo, me puso sobre el, puse mis piernas a los lados y nos miramos directamente a los ojos.

En su mirada pude ver amor, paz y deseo, mucho deseo, rápido unimos nuestros labios en un beso lleno de pasión y deseo, puso sus manos en mi cintura y yo las guíe las suyas y las baje un poco dejándolas sobre mi trasero, decidí que este es el momento indicado para que pase, es el momento perfecto.

Cuando nos separamos sin quitarme de encima se sentó y apoyo su espalda en el respaldo de la cama, me ayudó a acomodarme y seguimos besándonos.

Sentí un bulto entre mis piernas y esta vez se que quiero hacerlo estoy segura de hacerlo, puse mis manos sobre sus hombros y seguimos besándonos hasta que gracias al estupido aire nos separamos.

-Eres la luz que alumbra mi mundo, un amor profundo hay en ti que me hace sentir, veo que al fin lo nuestro es eterno, con solo mirarnos perdemos el miedo- me dijo cuando apoye mi cabeza sobre su hombro y puse mis manos sobre las de el en mis piernas - si es tu primera vez, te besaré lento- dijo dejando pequeños besos desde mi cuello hasta mi hombro, su voz ya está ronca- para que recuerdes que yo fui el primero, si es tu primera vez y tiemblan tus manos, procuraré hacértelo, que sientas lo mismo que yo- levante mi cabeza y el desamarró los listones de los hombros del entizo que llevo por pijama- apago la luz, de nuestra habitación- apago la luz del cuarto- nos besamos lentamente- dijo y me besó- juntos tu y yo -me miro directamente a los ojos y pude notar sus pupilas dilatadas y su mirada llena de expiración- mis manos se acercan tocando tus dedos- pasó sus manos sobre mis dedos muy lentamente- se rompe el silencio con un movimiento queriendo parar el tiempo- bajo el zíper que está en mi espalda.

En ese momento dejó de hablar y dejamos que la situación avance.

Cuando termino de bajar el ciper desabroche la parte de abajo el enterizo y me ayudo a quitármelo quedando ahora si los dos en ropa interior, una sola pieza por quitar.

Pasó sus manos por mi espalda desnuda muy lentamente, pase mis manos por su pecho mirándolo fijamente.

Me acostó con cuidado en la cama y se puso sobre mí apoyándose en sus manos para no dejarme caer todo su peso.

Me miro a los ojos y me beso otra vez, puse mis brazos en su espalda y él puso una de sus manos en mis caderas.

-estás segura de que quieres continuar? Puedo parar si así lo quieres- me dijo en un tono muy sincero.

-estoy segura, quiero seguir- dije.

En ese momento ambos nos dispusimos a desaparecer la última prensa que teníamos puesta, el busco en el cajón y sacó un sobre plateado, saco un condon y rápido se lo puso.

Regresó junto a mí y otra vez se puso sobre mí.

La poca ropa que traíamos regada por el piso, una noche lluviosa muy tranquila, nuestra cama iluminada por la luz de la luna.

-prometo no lastimarte, hacerlo con cuidado, así te sentirás bien conmigo- me dijo al oído.

En ese momento el comenzó a besarme, beso mis labios, comenzó a dejar un camino de besos desde mi frente, mis hombros, mi pecho y todo el cuerpo.

En el momento en el cual llegó muy cerca de mi entrepierna paro e inconscientemente gruñí en forma de protesta.

El solo negó con la cabeza, escuche su risita y beso mis labios, y con su mano acaricio todo mi cuerpo, paro en mi entrepierna y me hizo una señal para abrir mis piernas.

Eso hice, ahora el puso mis piernas a los lados de sus caderas y se apoyó en la cama con ambas mano y me miro directamente a los ojos.

-lista pequeña?- me dijo muy cerca de mi oído con su voz ronca.

-si- dije en el momento.

En el momento se acomodó entre mis piernas y muy lento entro en mi.

Lleve mis manos directamente hacia su espalda, entro en mi por completo.

En el momento en el entro cosa que hizo muy lento para no lastimarme, si me dolió un poco, así que tense mis músculos, cerré los ojos, empuje la almohada con la cabeza con muchísima fuerza y apreté su espalda rasguñándolo un poco, hice un poco de ruido quejándome y en no se movió.

-tranquila, es normal, no voy a moverme para que te acostumbres si?- dijo el y yo solo asentí.

Se quedó ahí sin moverse por un par de minutos hasta que le indique que podía comenzar a moverse.

Entonces él comenzó a moverse muy despacio de afuera hacia dentro y yo me relajé, dobló sus brazos y se apoyó con los codos en la cama, puso su cara muy cerca de la mía y me beso para no hacer ruido, probablemente los chicos nos escuchen y no paren de molestarnos el resto de nuestras vidas.

Poco a poco comenzó a aumentar la intensidad de las embestidas mientras rasguñó su espalda, ambos gemimos muy bajito solo para esucharnos nosotros.

Se apoyó bien y bajo su mano hacia mi clitoris, comenzó a masajear en círculos logrando que me vuelva loca.

Rasguñe su espalda una vez más y ambos nos miramos a los ojos.

Salió de mi y se sentó en la cama recargando su espalda en el respaldo de la cama y me hizo señales para que me siente sobre él y así hice, volvió a entrar en mi y comencé a moverme en círculos mientras él con sus manos en mis caderas me pega mucho a su cuerpo.

Puse mis manos sobre sus hombros y me acerqué a él para poder darnos un largo beso lleno de mucha pasión.

Ambos sudados, cansados, tuvimos nuestro orgasmos y nos vinimos al mismo tiempo, no nos preocupamos por nada pues también está él condon.

Luego del orgasmo me recosté en su pecho y me moví para que él salga de mí, me dejo de lado y fue al baño a tirar el condon usado.

Me puse mi ropa interior y cuando regreso él se puso el bóxer para no quedar 100% desnudos.

Se acosto junto a mi, y me pego a su pecho, me abrazó, nos tapó con la cobija y apagó la música.

-casi me detiene una duda, si era que realmente merezco, robarme a la niña y regalarte a la mujer que eres ahora E inscribirme en tu ayer, marcar tu piel- me dijo en el oído causando que mi piel se ponga eriza.

-esa duda no tuvo que existir, quería que esto pasara y que mejor que hoy, mi primera vez con el verdadero amor de mi vida- le dije con un tono muy cansado en mi voz.

-la situación fue perfecta, nos deseábamos, el momento más romántico de todos, en nuestra habitación en la playa, a la luz de la luna y las estrellas, al ritmo de la música, completamente enamorados, nos entregamos en un perfecto acto de amor- contesto el y beso mi frente.

-no sabes lo bien que se siente, lo bien que se siente que mi verdadero amor sea el hombre con el cual perdí mi virginidad, sabes que te amo muchísimo mi amor- dije.

-eres el amor de mi vida, estoy feliz de que fui el primero, no sabes lo feliz que me siento de que Dios te haya puesto en el camino mi niña, por darme el privilegio de tenerte conmigo todo el tiempo, de verte crecer, de tenerte para mi, es hermoso saber que tengo el privilegio de tenerte conmigo, luego de mami tu eres la segunda mujer más importante para mi, el amor de mi vida, contigo me gustaría formar una familia, llevarte al altar vestida de blanco, contigo el corazón se me pone a mil, eres mi regalo más bonito, te adoro, te amo, eres la princesa de mis sueños, amo despertar y verte a mi lado- me dijo y nos besamos.

-conocerte me hizo ser la niña más afortunada de este mundo, vivir día con día contigo es lo más hermoso del mundo pero es precioso escuchar un te amo salir de tu boca- dije y lo abracé.

Me jalo, me puso sobre el, me acomodé, nos tapó un poco mejor y ya cansados decidimos dormir y descansar porque mañana nos espera un largo viaje.

Espero que los rasguños no dejen marcas muy visibles en su espalda, ahí todos sabrían lo qué pasó.

Mi Bailarina Favorita -Zabdiel De Jesús Y Tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora