¿Se confirman los temores?

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Cap 5.

Escuchó que los compañeros de su primo a llegaron.

A estas alturas empezaba a arrepentirse de haber estado de acuerdo con la idea de su madre, no podía soportar estar en contacto con tantos seres sobrenaturales, le recordaba a su época en el pasado, su primo era un avatar kitsune, y se parecía mucho a su hijo Shippo, el hombre tan grande tenia un alto poder espiritual como Miroku, el chico con el pelo gelificado se parecía a Inuyasha tanto en carácter como en el echo de ser un hanyou y la chica se parecía mucho a sango y en algunos toques a ella al principio de su aventura.

Tenía miedo, ¿Y si también había alguien como Kaede?, o peor aún, alguien como Hiei, no aguantaría ni dos segundos en la misma habitación.

Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos e hizo eructar a Aiko, y pensó que pasara lo que pasara aguantaría gracias a su hija, ella le daría la suficiente fuerza como para aguantar, por doloroso que fuese.

Poco a poco y con temor se fue acercando hacia la sala, cuanto más se acercaba más notaba una presencia muy familiar, eso la hizo asustarse y pararse en seco, tenia que recordar lo que le enseñó Hiei mientras la entrenaba mentalmente:

FB:

- Mujer, no tienes que sentir compasión, a la mínima que vean duda en tus ojos estarás muerta. – dijo Hiei poniéndole su espada en la garganta y sonriendo mentalmente al saber que odiaba que no la llamaran por su nombre.

- ¡Pero yo no te puedo ver como un enemigo! – dijo sonrojándose y haciendo sonreír suavemente a Hiei – Estúpido demonio – dijo al ver su diversión haciendo que Hiei suspirara.

- Tienes que entender que Naraku podría utilizar a clones de tus aliados, o incluso a tus aliados – dijo mientras se acercaba poco a poco a sus labios – además, no me lo perdonaría si algo te pasara – finalizó besándola de una manera muy pasional y al acabar quedaron abrazados en el suelo y Kagome dormida con la cabeza hundida en el pecho de Hiei.

- ¡Ese demonio es aún más rápido que Koga! – dijo el monje sorprendido.

- ¡Kagome cuidado! – exclamó la exterminadora al ver como la iban a atacar.

- ¡Kagome! – exclamaron el resto de sus compañeros.

Kagome esquivó a duras penas el ataque, ese demonio era mucho más veloz que ella, si hacían una lucha basada en la velocidad ella no ganaría. Vio como se dirigía un ataque hacia ella cuando ya estaba a punto de recibirlo, un borrón negro se paró frente a ella y con un hábil movimiento de espada desmembró a la rápida criatura demostrando, una vez más, que él un youkai mucho más rápido que el anterior.

- Gra…

- ¿¡No os dije que no os movierais!? –Exclamó – No sabes lo preocupado que estaba cuando sentí que estabas en peligro – dijo susurrando para que solo ella lo escuchara –

- Pero has llegado a tiempo, gracias Hiei

- Tranquila, siempre te protegeré, no dejare que te pase nada – dijo un poco más tranquilo mirando fijamente su rostro.

- Ese demonio que mataste dijo algo de la Isla Koorime, ¿Tú no eras de allí? – le preguntó a su compañero

- Si - respondió

- Pues dijo que está a una semana de aquí. – dijo el joven zorro

- Deberías ir, puedes intentar halar con ellos, no todas las Koorime tienen que ser iguales, porque si lo que recuerdas es cierto, tu madre no tenía la intención de alejarse de ti, ¿No crees?- le comentó.

Dueña de mis lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora