Zorro plateado

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Cap. 8

Se disponían a ir a avisar cuando escucharon el sonido más esperado en esa casa durante el último año, la risa de Kagome, y esa risa parecía ser sincera, sorprendidos abrieron la puerta de la cocina que daba a la sala de estar y allí, en frente de sus ojo vieron cómo, realmente Kagome estaba riendo mirando hacia la dirección del último de los hombres que había entrado en casa quien tenía en sus brazos a una Aiko muy contenta.

Ante este echo, Naomi, empezó a llorar de alegría y alivio viendo como su hija se empezaba a comportar como ella misma antes del incidente.

-.-.- (Kagome POV)

Noté que alguien nos estaba observando, al mirar hacia la dirección en la que sabía que estaba me encontré a mi hermano shockeado y a mi madre llorando, vi a madre quien no podía parar de llorar, me asusté y fui corriendo hacia ella muy preocupada.

- ¡Mamá!, ¿Te pasa algo? - pregunté desesperada, de pronto, los brazos de mi madre me envolvieron y noté como mi madre hundía su cabeza en mi cabello, yo tan solo pude acariciarle la espalda con tal de reconfortarla, pero parecía que lo único que hice fue empeorar la situación ya que lloró más fuertemente y apretó el agarre que tenia en mi.

- Tranquila, solamente está feliz - dijo Souta con una suave sonrisa, en momentos como este, me daba cuenta de que mi hermano pequeño, se había visto obligado a crecer demasiado rápido, entre la falta de una figura paterna y los problemas que yo traje con mi viaje en el tiempo y depresión, él era mucho más maduro que yo, ahora, al darme cuenta, me sentía la peor persona de todo el mundo, durante todo este tiempo, desde que volví del pasado, no había visto o no había querido ver el daño que yo estaba causando a mi familia y amigos.

-.-.- (Hiei POV)

Vi como mi mujer era abrazada fuertemente por su madre que lloraba desconsoladamente, el joven, el hermano menor de mi mujer dijo que lloraba de felicidad, me volví a fijar en la cara de mi Kagome y lo que vi no me gustó nada, vi como pasaron muchas emociones por su cara, pero las que más me disgustaron fueron la tristeza y culpa. Al ver como su madre la dejó ir, dejé a mi preciosa hija Aiko (Era extraño que yo utilizara esos términos, hacia mucho que no sentía ganas de utilizarlos) en los brazos del zorro, no sin antes advertirle telepáticamente que si algo le pasaba a mi hija él lo pagaría con su vida, y me dirigí hacia mi mujer, me quedé frente a ella, sabiendo lo que estaba pensando sin siquiera intentar entrar en su mente, vi como dirigió su mirada hacia mi, vi esos hermosos ojos azules inundados de lagrimas, ya lo sabia, noté el olor a sal hace rato, de pronto, sin previo aviso la abracé, y acaricié su pelo suavemente dejando que se desahogara, dejé atrás el murmullo de mis compañeros y su familia mientras le explicaban la conexión que tenía con Kagome, no presté atención cuando su madre dijo que ya se imaginaba que yo fuese un demonio con esos ojos y comportamiento e incluso dijo imaginarse que yo fuese de la misma raza que el padre de Aiko, pero estuvo sorprendida de ver que yo, un amigo de su sobrino, fuese el padre de esa pequeña.

-.-.- (Souta POV)

Cuando Shuichi dijo que aquel hombre era el padre de Aiko me sentí relajado y furioso, ese hombre había hacho muy feliz a mi hermana y le dio el mayor regalo que le podía dar, Aiko, pero a la vez fue el causante de toda su tristeza y todo el sufrimiento que tuvo durante este último año, pero después pensé en que no era su culpa realmente, se separaron sin poder verse durante todo este tiempo por culpa de la esfera, por lo que estaba viendo en este momento, ese hombre que al principio, cuando había recibido a su grupo, pensé que era un hombre sin sentimientos y que creía que no podía ayudar a mi hermana, ahora me daba cuenta de que sus ojos mostraban sentimientos hacia Aiko y Kagome y que él era el único que las podía mantener a salvo de ellas mismas, sobretodo en el caso de mi hermana.

-.-.- (Normal POV)

Después de que todo se calmara un poco y que Kagome animase un poco al grupo de su primo para decir a su familia como sabían acerca de los demonios, la familia Higurashi escuchó atentamente todas las historias, se sorprendieron bastante al saber que Shuichi en verdad era también el famoso Youko Kurama, pidieron una demostración, querían ver la forma demoniaca de cada uno, el primero fue Yusuke, vieron con gran fascinación como el pelo le creció y cambió y también vieron los espectaculares tatuajes de extraño diseño que tenía en todo el cuerpo, el siguiente fue Hiei, les mostró la forma que tenia gracias a su jagan, y también a petición de Souta mostró el tatuaje del dragón infernal, el último en mostrar su forma fue Kurama, Hiei se apartó un poco de su mujer y le cogió a su hija, segundos después de que la luz y el humo dejara ver la forma real del zorro, tanto Kagome como su madre aparecieron al lado de este tocando y acariciando suavemente las orejas haciendo que Kurama se viese obligado a agacharse un poco si poder acabar de creerse del todo lo que pasaba cando de repente Kagome le acarició la cola haciendo que acabase ronroneando gracias a la atención que recibía.

De un momento a otro Hiei y Souta se pusieron a reír.

- ¿Qué os hace tanta gracia? - preguntó el zorro con una mirada asesina

- Si hubiese sabido que tenías cola y esas orejas te abría avisado de que mamá y Kagome tienen una obsesión por las orejas y Kagome también por las colas jajaja. - dijo Souta haciendo que Kurama temiese tener que convertirse tan solo para el disfrute de su tía y prima, aún que le gustó la sensación de que alguien de su familia supiese su secreto y lo aceptara tal y como era.

Dueña de mis lágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora