General's Fiery Farmwife

47. El secreto de Tan Lanfang

Por la noche, habían cocido repollo para la cena y cada persona también tenía un plato de avena.

Li Xin'er no dijo nada. Comió tranquilamente con Li Chenggu.

Por el contrario, Li Nan'er hizo mucho ruido. "Mami, ¿por qué la segunda tía no me dio carne para comer?"

Zhu Cuihua dijo con una voz extraña: "La carne de tu segunda tía política es muy cara. No puede soportar dárnosla. Si no puedes crecer en el futuro, debes recordar que es tu segunda. culpa de la tía política ".

Qin Ya se rió.

¿Li Nan'er no podría cultivar todo sin carne en una sola comida?

Cuando vivían en la vieja casa antes, comían repollo y rábano todos los días. ¿No creció Li Nan'er durante todos estos años?

"Mami, terminé mi comida."

Li Xin'er comió tranquilamente y, por lo tanto, terminó antes.

La comparación mostró diferencias. Por otro lado, Li Nan'er todavía se quejaba.

Qin Ya esbozó una sonrisa. "Mi Xin'er es un buen chico. Ahora que ya terminaste tu comida, puedes ir al patio a jugar".

"Gracias mami..."

Li Xin'er salió a jugar. Qin Ya limpió los platos y los palillos de Li Xin'er y los volvió a poner en la cocina. Planeaba esperar un momento y lavar los platos de otras personas juntos cuando todos terminaran de comer.

La casa era tan pequeña que no cabía para todas las personas.

Por la noche, Qin Ya empacó sus cosas y planeó quedarse con Tan Lanfang al lado por un par de días.

Tan Lanfang estaba muy feliz de verla venir.

"¿Te molesté desde que llegué tan tarde?"

Qin Ya estaba un poco avergonzado.

"¿De qué estás hablando? Desde que dijiste que vendrías a vivir, te he estado esperando. Pasa. Hace frío afuera".

Por la noche, Qin Ya y Tan Lanfang durmieron juntos en la cama.

En el pasado, Qin Ya y sus compañeros de cuarto también dormían en la misma cama, hablando en voz baja en la oscuridad de la noche.

Solo recordando el pasado, Qin Ya escuchó hablar a Tan Lanfang.

"Hermana Sufen, tengo algo de lo que quiero hablarle. Lo guardo en mi corazón durante tanto tiempo que lo estoy sufriendo. Es vergonzoso decirlo. No sé quién más puede darme un consejo a su lado. ... "

La voz de Tan Lanfang era un poco baja e incluso con un leve llanto.

Qin Ya escuchó sus palabras e inmediatamente le preguntó: "¿Qué pasó?"

"No sé cómo decirlo ..."

Tan Lanfang lloró de forma intermitente, y pronto la manta se empapó de lágrimas.

Al verla así, Qin Ya ya tenía una idea aproximada en su corazón. Era inapropiado preguntarle a Tan Lanfang directamente, por lo que mantuvo la mano de Tan Lanfang debajo de la manta todo el tiempo.