Cupi-Camie (Bakucamie)

(Lidia)ndo con Ella

Mientras Camie iba a "estudiar" con Ochaco y Midoriya, nuestro presidente de la clase 2-A caminaba por los pasillos de la Yuei en dirección al taller poco convencido.

Hatsume no era el tipo de persona que Iida quería tratar, era muy diferente a él, era extraña e impulsiva y sus inventos eran raros e incluso inseguros para los demás y ella misma. ¿Entonces por qué iba con ella? Bueno, es el presidente de la clase y un alumno de la Yuei, debería dar el ejemplo, ella quería diseñar para heroes y debía admitir su pasión en ello e Iida jamás dejaría que alguien así abandone su sueño cuando ya va por la mitad. Así que solo sus ideales eran lo que lo mantenían en camino al taller.

Al llegar a la puerta de acero, ahora reforzada anti-explosiones, Tenya tocó la puerta tres veces y retrocedió un paso a esperar. Mientras esperaba que la puerta se abriera, desde dentro escuchó unos ruidos metálicos como si alguien se hubiera tropezado con una gran caja de herramientas y a los pocos segundos finalmente la puerta se abrió.

-¡Midori... -Mei abrió la puerta emocionada sacudiéndose el polvo de la ropa hasta que se dio cuenta de quien estaba al otro lado de la puerta- Tu no eres Midoriya.

-No, me avisaron de que Midoriya-kun le surgió un improvisto y que venga yo en su reemplazo. -Explicó Iida cordialmente.

-Oh... Bueno, aunque no seas Midoriya siento que te conozco de algún lado... -Dijo ella frotándose la barbilla intentando recordar de donde lo conocía.

-¡Hicimos equipo hace unos meses en el festival deportivo y el anterior año me utilizaste para promocionar tus inventos en el torneo! -Dijo Iida algo enojado.

-Ahhh si, ya recuerdo, el anteojudo fortachón de los motores... -Recordó ella- Tu debes ser Lida.

-¡TENYA IIDA! ¡Actual presidente de la clase 2-A reelecto por mis compañeros! -Corrigió moviendo sus robóticos brazos algo más irritado.

-Eso es lo que dije, Lidia. -Dijo Mei.

-¡ESO ES PEOR QUE ANTES! -Gritó enojado.

-En fin, no eres Midoriya pero tengo algo para tí. -Lo agarró de la muñeca y lo entró al taller de un sacudón.

Mei entró al chico y cerró la puerta, ahí fue cuando Iida se acomodó los anteojos y puso ver el desastre de taller en el que ella trabajaba. Herramientas por todos lados, pisos manchados de aceite, pilas de inventos fallidos o sin terminar en el medio del paso y la de pelo rosa buscando inventos entre pilas de metales sin un orden aparente. Tenya estaba sorprendido, incluso una cocina de un restaurante de barrio en Latinoamérica tenía más seguridad e higiene que esto. Pero Iida todavía le tenía algo de fe a la chica, así que fue hacia un escritorio para ver si tenía algún papel donde estaban las ideas o planificaciones de sus inventos.

-Lo encontré. -Sacó un pequeño artefacto del tamaño de la palma de su mano luego de hurgar en una pila de chatarra- Pero antes de usarlo hay que cargarlo un poco, es más, debo admitirlo, muchos de mis bebés tienen un pequeño defecto de fabricación, pero estoy seguro de que este bebe...- Dijo ella, tomó un enchufe y lo conectó a la pared, lo cual inmediatamente hizo que su pequeño "bebé" explotara y llenara de ceniza la cara y ropa de la chica.

-¿Qué fue ese ruido? -Se volteó Iida sorprendido, mientras Mei tenía una cara impactada rezando de que el chico no haya visto lo que pasó.

-El sonido del progreso mi amigo Lidia. -Respondió limpiándose la cara y comenzó a hurgar en la pila de chatarra buscando otra cosa, hasta que por fin lo halló, era un objeto parecido al primero, solo que un poco más grande que el anterior y parecía un poco más reforzado-  Esto servirá, ven Lidia, recuéstate de boca abajo aquí. -Dijo Mei corriendo cosas de una  especie de mesa reclinable que podía ser usada como camilla.