Un cliché de nuestra sociedad.

Capítulo 2. El núcleo del planteo, la educación.

Como he expresado supra, el crecimiento de la desigualdad, siendo la daga del capitalismo y más aún, del neoliberalismo que ha ganado espacio en los últimos años, en todo el mundo y sobre todo en América Latina. Ha traído aparejado, que muchos aspectos de la vida cotidiana sean expresados, comparados, como un servicio-negocio. Todo en nuestro mundo cotidiano, tiene un precio -hasta cosas impensadas que escapan del discernimiento-. Sin dudas, la dignidad humana, vista como un complejo tanto de derechos, facultades y virtudes, hoy en día tienen un valor. ¿Será que el vivir no solo cuesta vida? Un debate filosófico que escapa a este texto. Lo que no escapa, es que, la educación ingresó en esta embarcación neoliberalista.

La educación, esta siendo tan desnaturalizada, que es posicionada como desarrolladora de capital -en términos económicos- humano. Sobrepasa la humanidad, otorgándole un valor, corriendo de escena y de nuestra visión cotidiana, el fin en si misma. Y cuando no se la observa de esta forma, se la plantea como un gasto, muchas veces innecesario.

Dentro de estas ideas, que parecen tan complicadas -y lo son- imagine, una combinación de lo expresado en el inicio del capítulo y la estadía en prisión. Sin dudas una combinación difícil de diagramar y planificar.

Ahora, en un mundo donde todo esta a la vista, que las noticias lo recorren en minutos y con un simple "clic", se tiene atención, es imposible que quienes toman las riendas políticas del país y sobre todo las políticas criminales, nieguen la educación para este conjunto de personas. Sin embargo, tras bambalinas se produce una despreocupación constante, un ocultamiento, desinterés, despreocupación y negligencia alarmante. Salvo para quienes quieren ese status quo.