Caliente y Picante [KakaGai / GaiKaka]

Clanes / Soulmates (almas gemelas)

Lo percibe cuando está con él, pero lo siente cuando Gai está particularmente cerca.

Las encías le pican de inmediato, y él espera que aquella extraña sensación inunde su cuerpo como si se le llenaran las tripas de una especie de embriagador néctar.

Aspira lentamente a su alrededor, es como un perro grande de ese modo, con la nariz pegada al costado de Gai y las manos aferradas fuertemente a su pecho.

Gai no protesta cuando Kakashi lo hace. Está acostumbrado, lo ha estado desde la primera vez que Kakashi saltó sobre él y hundió su rostro en la curva de su hombro, donde depositó algunas lamidas.

***

Sakumo se lo había dicho alguna vez, la particularidad de su clan que se había deteriorado y hecho suave con el tiempo.

Su padre todavía poseía la habilidad retráctil de sus colmillos, él solo sacaba los dientes cuando sentía una presa cerca, cuando su instinto lo gritaba, cuando reconocía el olor.

"Es una vieja idea de unión" había dicho Sakumo, mostrando sus caninos afilados y sobresalientes contra su mandíbula "Creían que podías oler a tu alma gemela"

Kakashi no lo comprendió entonces. No lo entendió y tampoco lo creyó.

Para él no podía existir algo así de poderoso, algo capaz de amaestrarlo y tirarlo al piso, algo capaz de hacerlo perder la razón con una facilidad vergonzosa y ridícula.

"Es porque aun eres joven, Kakashi" su mano había acariciado su cabeza "Pero cuando seas grande, y cuando esa persona que vayas a amar sea grande, sin duda alguna el olor te hará débil, y te dominará, y te domesticará"

Sakumo se rió de su broma, porque los Hatake siempre habían sido un clan demasiado apegados y relacionados a los lobos, una variación más salvaje de sus primos, los Inuzuka, quienes eran más asociados a los perros que ellos.

"Nadie lo hará" Kakashi gruñó, apretando los puños.

Sakumo se encogió de hombros, con tanto tacto que a Kakashi le causó un poco de dolor.

"Puede que no pasé, es cierto" los dedos de Sakumo volvieron a acariciarlo, y luego su mano se detuvo sobre su mejilla "Pero lo mejor es que pase, no quieres estar solo el resto de tu vida, ¿verdad?"

Al niño no le importaba entonces, porque era un niño orgulloso y terco, pero pensar en su madre lo hizo considerar un momento la situación.

"¿Entonces ella también me olerá?" el gesto de su padre vaciló antes de volverse una nube espesa y pensativa.

"Puede ser" dijo, mirando la fotografía de su esposa en la pared "Eso depende. Tu madre era una Inuzuka, por lo que también me detectó. Pero a veces simplemente puede ser... cualquiera"

"¿Cualquiera?" Kakashi apretó los puños una vez más.

Ya estaba lo suficientemente molesto con tener que haber heredado los dientes de su madre, esos colmillos grandes y poderosos que lo obligaban a usar una máscara permanentemente contra su cara, como para que ahora aquella alma gemela de Kakashi ni siquiera lo pudiera detectar.

"Tal vez lo haga" la sonrisa de Sakumo bailó un poco "Los otros clanes tienen maneras de detectar a su alma gemela. No te preocupes, lo sabrá"

Sakumo despeinó su cabello con ligereza, porque de todos modos aquellos rituales de almas gemelas habían sido descartados con más frecuencia mientras la sangre de los clanes seguía disolviéndose.

Algunos incluso parecían desear que aquella unión pudiera desaparecer.

Se había vuelto peligroso para algunos, era mejor mezclar la sangre para que no ocurrieran accidentes, era mejor alejarse porque la elección entre clanes diferentes se consideraban maldiciones.

Pero Sakumo no sabía por qué.

***

Kakashi gime de nuevo cuando junta su lengua en la carne blanda de Gai, captando las pequeñas venas palpitando debajo de sus labios, la sangre hirviendo avanzando como un río debajo de él.

Gai se estrella en la cama con los ojos apretados, y su cuello se descubre entre sus manos para mostrarle a Kakashi un lienzo color caramelo.

Él lo huele, lo siente y piensa, es aquí.

Y los dientes de Kakashi se hacen grandes, y, oh, no es lo único en su cuerpo que se está haciendo grande.

Gai se mueve debajo de él, pero no hace nada por quitárselo de encima, no hace nada por apartar el cuello de los dientes de Kakashi a pesar de que parece tan hambriento, a pesar de que luce como una bestia a punto de comer algún desprotegido y pequeño animal.

Kakashi le quita la ropa con la habilidad de siempre, sus manos moviéndose de inmediato para apartar cada prenda, para que Kakashi pueda hundir la nariz en lugares que olían particularmente mejor.

Gai lo deja, y luego sus ojos se van a sus manos, al pequeño sello circular que su padre le enseñó hace mucho tiempo que ahora estaba brillando.

"El sello de la unión" Dijo Dai. "El que logre encenderlo en ti, será la persona que amarás"

Y Gai sabe que ama a Kakashi, y Gai puede saber que Kakashi lo ama también.

Sin embargo, Gai todavía piensa en las palabras de Dai, en la advertencia que le dijo cuando era un niño.

"Pero ten cuidado, Gai" guiñó, cerca "Porque algunos clanes suelen atrapar a su presa"

Niega ante el recuerdo, con la cabeza de Kakashi entre sus piernas.

Algo así no puede ser real. Kakashi le dijo que su clan solía agachar la cabeza ante su otra mitad.

Y sin embargo, Kakashi aún no le ha dicho nada. Él todavía no le ha contado que cada vez que lo huele piensa en sangre, en la forma en la que se sentiría entre sus dedos, imaginando que le llena la boca, imaginando que sus dientes finalmente parten su piel.

Gime cuando lo abraza, y gime todavía más cuando Kakashi se acomoda y frota su entrepierna.

Él no lo sabe, no, él no se imagina nada cuando Kakashi se acerca lentamente, cuando finalmente separa los dientes alrededor de su garganta y muerde.

Algo así de hermoso, piensa Kakashi, debe tener un buen sabor.