And I'll be on the way in the middle of the night

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"Y estaré en camino en medio de la noche, porque nunca puedo esperar a que amanezca. Nos besamos en el auto debajo de la luz, me tienes."

(Advertencia de contenido +18)


Tal era el camino que la noche ya era más que visible. No era un recorrido corto, al estar casi por fuera de la ciudad, llevaba su tiempo ir y venir.

Después de haber dejado a su prometida en casa, salió de su hogar. Tras una ducha y sin su particular traje, con una excusa vaga para la chica, regresó al establecimiento infestado de flores.

En ese instante, ambos chicos iban en el auto. El silencio y la tensión llegó a un punto tan desesperante que Arlert se aventuró a presionar el botón de encendido de la radio. Las melodías que salían de la cajilla no importaban mucho, cuando ambos iban sumergidos en su propio mundo.

Por un lado, estaba Eren. Comiéndose la cabeza ante el nombre antes mencionado por la compañera de trabajo del chico a su lado. No quería saber. Quería saber. Está bien, no sabía qué quería.

Por otra parte, se encontraba Armin, quien yacía recargado en la puerta, con su mirada puesta en el vidrio, admirando el reflejo del conductor. Las manos de Eren en el volante ya no portaban ninguna joya que él pudiera captar. 

El vehículo olía a un fuerte perfume de mujer, que le causaba cosquilleos en su garganta aunque podía controlarlos, al tener una chaqueta de Jaeger por encima de su pecho y de paso su nariz, como si de una manta se tratase. Podía inhalar el olor del hombre que amaba, haciendo que sus mejillas se coloraran ante ello.

La noche era fría, el aire acondicionado del auto de Eren se había estropeado y aún no lo revisaba, por lo que le tendió una de sus chaquetas al rubio, conociendo lo friolento que era.

Al pasar el tiempo, los únicos pensamientos que llenaban el vehículo pertenecían al castaño. Con Armin cayendo dormido, llegaron a donde el rubio le había indicado en un principio.

Arlert mantenía su cabeza caída sobre su hombro, del lado del conductor. La tela de la prenda de Eren aún yacía sobre su nariz, pero bajo su flequillo, el castaño apreciaba las largas pestañas del chico que hacía latir su corazón.

Sólo unos minutos más pasaron, en los que Jaeger recargó su cabeza en el volante, admirando a quien descansaba en el asiento contiguo.

Y de pronto las dudas surgieron. Las dudas que según él, había desechado hace años, cuando definió qué rumbo tomaría.

¿Por qué? ¿Por qué había hecho tal estupidez? ¿Por qué se había expresado así de Armin? ¿Por qué se desquitó de esa forma? ¿Por qué había dejado ir al amor de su vida?

Creía haberlo olvidado. Creía haber puesto fin a aquellos sentimientos. Creía que después de ese capricho por celos, alejarse del rubio era lo mejor para ambos. En definitiva, no fue lo mejor para él. Creyó llegar a amar a Historia, de verdad lo creyó. Al encontrarse de nuevo con Armin, se dio cuenta de que lo que él llamaba "amor" no era más que una mentira que había estado viviendo por años.

Espiró, cerrando sus ojos un instante. Tendrían que arreglar las cosas entre ellos de una vez y decirle adiós a esas intensas sensaciones, antes de que alguien más saliera herido por ellos.

Se enderezó, sacudiendo con ligereza el hombro del otro.

—Armin —llamó con suavidad, sin dejar de sacudir—. Armin. —Alejó su mano, al ver como el rubio empezaba a dar perezosos parpadeos.

Middle of the Night || EreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora