Middle of the Night || Eremin

Remember all the nights like this

6

"Recuerdo todas las noches como esta, durmiendo en el motel 6. Abordamos el tiempo callejero, asegurándonos de que tus amigos no sepan."

Era el colmo. Llevaba dos horas esperando por tener señales de su prometida. Al salir de su trabajo, a una muy tarde hora, después de una larga reunión, llegó a casa, para encontrarla vacía.

No le hubiera importado, si tan sólo el reloj no marcara menos un cuarto para la media noche. Dormir tarde había tomado costumbre en Eren. Y no porque quisiera; el insomnio seguía. Había algo en su cabeza que lo abrumaba con insistencia, sin dejarlo pegar el ojo por las noches y por supuesto que ese algo no era un algo, sino alguien. De nombre Armin Arlert, por si no fue claro. 

Sentado en el sofá de la sala de estar, con sólo una lámpara encendida en una de las esquinas, se mantenía inmóvil. Con su codo recargado en el posa brazo del sillón y sus dedos en su sien, con sus cabellos sueltos. Su mente se mantenía trabajando, a la vez que soportaba el dolor que no se iba desde hace días atrás.

Era tarde. Claro que le preocupaba la chica. Aunque la mitad de su cerebro se encontraba lleno del hombre que alguna vez fue su pareja.

Sus pensamientos iban de un rubio a otro. De un ojiazul al otro. De Reiss a Arlert. De Arlert a Reiss. Estaba frustrado. Estaba por casarse. Las personas se casaban por amor. Y él, ya estaba seguro de que su corazón pertenecía a otra persona.

Suspiró, echando su cabeza hacia atrás, dirigiendo su mirada al techo.

Sus estúpidos errores de adolescente cretino le estaban costando el rumbo de su vida.

Inmadurez. Celos. Idiotez. Fue su culpa mandar a la mierda todo con Armin en aquel tiempo. Fue su culpa haber terminado aquella relación que lo marcó y que juró que duraría más de esos dos años. Fue su culpa herir al bonito rubio que lo único que traía a su vida era felicidad. Fue su culpa que todos sus amigos se pusieran en su contra.

Fue su culpa. Y apenas caía en cuenta de eso.

Estaba seguro de haber olvidado al muchacho. Estaba seguro de que todo ese amor ahora era para Historia. Estaba seguro de pasar el resto de su vida con la mujer que se quedó, aún cuando él había ocasionado que sus amigos se alejaran de ambos.

Pero "estaba".

Cuando el ojiazul apareció de nuevo ante él. Cuando el destino fue tan rencoroso como para ponerle enfrente al chico al que dañó. Cuando el mundo le dio una oportunidad para disculparse. Fue entonces, que se dio cuenta de que seguía enamorado de Armin Arlert.

El celular junto a él en el sofá, sonó y al tomarlo notó que se trataba de su pareja. Necesitaba hablar con ella en persona. Debían separarse. Ninguno estaba dando nada en esa relación.

Después de una corta llamada y un cambio de ropa rápido, Eren se encontraba en camino a donde su novia había pedido que pasara.

Miraba las calles inquietamente. Algo en ellas le ocasionaban nostalgia. Entre sus vistazos a los alrededores, encontró a Historia, de pie al borde de la acera. Paró el auto y ella entró.

—Uff, pensé que me quedaría ahí por siempre —habló, dejando su bolso en el suelo, a sus pies.

Se inclinó hacia el hombre, quien ni siquiera se había tomado la molestia de sujetar su cabello y besó su mejilla, al ver que el de ojos verdes no giraba su rostro para alcanzar sus labios.

Al oler la esencia que el cabello de la mujer dejaba, recordó porque tanta inquietud hacia las calles. Miró hacia el lado contrario de donde su prometida yacía sentada, posando sus ojos sobre el edificio que estaba cruzando la calle.