I shouldn't let it happen so fast

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"No debería dejar que pasara tan rápido. Chico, ¿por qué tuviste que romperme así? Tu amor no es nada más que transparente. Me digo a mí mismo que debería dejarte."

El día había terminado. El trabajo era bastante estresante en la oficina y el estar bajo supervisión a todas horas por el asunto del nuevo gerente, estaba taladrándole la cabeza. Últimamente le importaba poco si él lograba tomar el puesto o quedarse en su pequeño cubículo. Últimamente le importaba poco lo que pasara a su alrededor.

—Estoy aquí —avisó al abrir la puerta de su hogar, aflojando su corbata para después deshacerse de sus zapatos y tomarlos para llevarlos a su habitación, cuando notó los diminutos tacones arrumbados a mitad de la sala.

Exhaló, fastidiado. La chica nunca se había preocupado por el orden. Sus ropas siempre estaban por todos lados y ese día no era la excepción.

Dejó su maletín sobre el mueble junto a la entrada y se adentró a la sala de estar, colgando de sus dedos las delgadas correas del calzado ajeno.

Con ambos zapatos en mano, caminó en busca de su pareja, cuando escuchó algunas risas en su habitación, que mantenía la puerta entreabierta.

La empujó sin mucha fuerza, siendo iluminado por la lámpara encendida en el fondo.

Historia yacía acostada en la cama, por sobre la colchoneta, y junto a ella, del otro lado, se encontraba Ymir, ambas con sus cabezas juntas, mirando el techo del lugar, con un rostro sonriente.

La rubia se percató de su prometido dándole una mirada. Sus ojos azules se encontraron con los de él y no pudo evitar pensar en la persona que desde siempre había cruzado por su cabeza cada vez que miraba a Reiss.

—¡Ah! ¡Cariño! —exclamó ella, sentándose y pasando sus bien cuidadas manos por su cabello, peinándolo. 

La castaña también se sentó, al momento en que su amiga se levantó corriendo hacia el hombre, para colgarse de su cuello.

—Jaeger —saludó la invitada, recibiendo un asentimiento de parte de él.

No se dirigían palabra desde aquella vez que Ymir le dijo que se había acostado con su pareja. No es que se preocupara por él, sólo era mera satisfacción por ver la cara del chico al saber la noticia. Era claro que hubo una discusión pero acordaron no decirle nada a Historia hasta que arreglaran el asunto. Nunca volvieron a tocar el tema. Nunca volvieron a tratarse como los amigos que eran.

—¿Qué me ves de diferente? —habló, apartándose y parándose frente a él para que la inspeccionara.

Eren le dio una mirada de arriba a abajo, en lo que se inclinaba para dejar sus zapatos bajo la cama.

—Tus zapatos. —Le mostró los tacones, antes de dejarlos junto al calzado de él—. Estaban otra vez en la sala.

—¡Eso no es lo importante! —chilló, con sus cejas fruncidas—. ¡Respóndeme! Ymir lo supo al instante.

Él se sentó en la cama, quitándose el saco y soltó el aire por su boca. En verdad estaba cansado y siendo honesto, no veía una diferencia de la cual tomar importancia.

Middle of the Night || EreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora