Middle of the Night || Eremin

If you want me to stay for the rest of my life

5

"Y estaré en camino en medio de la noche porque hay algo en la forma en que manejas mi mente. Si quieres que me quede el resto de mi vida, me tienes."

(Advertencia de contenido
+18, o algo así)

Si con el trabajo de la oficina se agotaba, ir a reuniones con el señor Smith cada dos días lo hacían querer ir a dormir y solamente dormir. Era un pena que no pudiera hacerlo. El trabajo, su prometida y el insomnio era algo con lo que él ya no podía.

Sus labios chasquearon al separarse de los abultados de su pareja, en aquel beso que de repente la mujer se atrevió a darle, al estacionar el auto frente a un pequeño salón de fiestas.

Ella giró el espejo retrovisor hacia donde se encontraba, mirándose y limpiando el labial que se había corrido, dando un retoque más, pasando el lápiz de color por ellos.

Eren pasó sus dedos por sus labios también, deshaciéndose de los restos de maquillaje de la rubia.

—¿A qué hora? —preguntó el castaño, mirando el lugar, con gente entrando y saliendo, vestidos con atuendos casuales.

—Después de medianoche. No quiero verme como Cenicienta —murmuró, para después tronar sus labios—. Podría ser como a las dos o dos treinta.

No sabía qué demonios hacía allí. No estaba de humor para fiestas. Todos eran viejos conocidos de los que era probable que no recordara el nombre de más de la mitad. Estaba irritada, pues Ymir le había contado que era posible que aceptara una relación formal con una chica. Ahora no podía desfruncir su ceño. Le molestaba, pero no lo admitiría.

—Historia, mañana trabajo, no puedo trasnocharme.

—Está bien, está bien. Duerme, yo te llamo y así sólo vienes a recogerme. —Arrojó el labial dentro de su bolsa de maquillaje a medio abrir en el suelo, fallando.

Eren asintió. Para ser sinceros, su cabeza no estaba trabajando al cien.

Estaba por dejar a su casi esposa en una clase de despedida de soltera pero no lo era como tal. Según palabras de Reiss, era una simple reunión para llevar a cabo la verdadera. Para el hombre eso lucía como una fiesta común y corriente, con música a todo volumen y vasos rojos por todos lados.

¿Lo peor de todo? No le importaba. No le importaba un carajo, pues su cabeza estaba centrada en una sola cosa. Saber cómo diablos las cosas con Armin terminaron de esa forma, hace unos días atrás. Estar dentro del lugar sucedido, no le facilitaba nada. De hecho, lo único que ocasionaba era hacerlo recordar al chico gimiendo su nombre.

Suspiró. Debía hacer algo al respecto con todo el revoltijo en su mente y corazón.

—Luces distraído —habló la chica, al ver que no fue reprendida al tirar su maquillaje por el auto.

—Estoy bien —murmuró, pasando su mano por su cabello recogido hacia atrás.

—Mmh —hizo un ruido con su garganta—, si tú lo dices...

Se inclinó, buscando entre sus pies el labial, asomándose por debajo del asiento. Tentó con sus manos por el suelo, logrando dar con él pero también sintió otra cosa. Estirándose un poco más, logró tomar aquello sacándolo a la vista.

—¿Qué es esto? —preguntó confundida, al ver un zapato desconocido para ella.

Eren observó el objeto. No sabía si sonreír o maldecir. Quizá lo segundo fuera más adecuado—: Un zapato.