But I don't wanna know

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"Pero no quiero saber a dónde quieres ir, a quién llevarás a casa. Porque no quiero perder todo lo que sé. ¿Estás durmiendo solo? Estoy tomando el teléfono."

Ahí estaba. No estando seguro de lo que hacía, pero aún así, yendo de tienda en tienda, buscando ideas que a la rubia le gustaran para basar toda la decoración de su boda en ellas.

Estaba cansado de ir a esas grandes, lujosas -y sobretodo costosas- florerías. Y allá iban. A un establecimiento casi a las afueras de la ciudad y de una alta gama, con buena reputación, que estaba ligada a una empresa de paquetes de ese tipo de eventos, cuando Rod Reiss, su suegro, contrató un servicio que ayudara con la ceremonia y demás. Pareciera ser que los más emocionados por el matrimonio de ambos, era la familia de la chica.

Se reunirían con el encargado de organizar su boda para discutir qué clase de flores le parecían bien a Reiss, de aquel lugar.

Al llegar, Eren aparcó el auto, frente al edificio blanco. Historia bajó, admirando el lugar. Sí, un lugar al que sin duda su familia pertenecía. La maldita clase alta.

Caminaron hasta la recepción, con la mujer sujetada del brazo del castaño, hasta la chica que estaba tras el gran escritorio, con el nombre "Nanaba" en su gafete sujetado al pecho.

—Buen día, ¿puedo ayudarlos? —habló, levantando su vista del computador.

—Hola, buscamos al señor Smith —anunció la rubia.

La chica tecleó rápidamente en el aparato y cuando leyó algo en la pantalla, se dirigió hacia ellos.

—El señor Smith espera con el señor Ackerman en la parte trasera. Nifa, ¿puedes llevarlos? —preguntó a su compañera en la silla contigua.

La pequeña asintió, saliendo de detrás del mostrador, pidiendo que la siguieran.

Los tres caminaron por el pasillo, hasta una puerta de vidrio, que daba al patio. Siguieron por los caminos de asfalto sobre el césped que adornaba la mayor parte del suelo. Flores hermosas crecían en lugares estratégicos, junto con algunos árboles que hacían del lugar apacible.

Llegaron a un pequeño espacio con una mesilla y dos sillas, que estaban ocupadas por las personas que buscaban, quienes bebían una taza de algo humeante.

—¡Señor y señora Jaeger! —Se alegró Erwin, levantándose para recibirlos—. Dejen les presento a Levi Ackerman, él estará ayudándonos con la selección de flores —avisó, acercándose al par, con el pequeño hombre tras él.

Erwin trabajaba en la empresa de eventos, conociendo al bajito, su actual pareja, gracias a sus empleos, con la gran florería siendo parte del servicio de eventos.

Eren maldijo en sus adentros al escuchar el nombre. Ya recordaba. Levi Ackerman, claro. Hermano de Mikasa Ackerman, genial. Maestro de las clases marciales que alguna vez tomó, espectacular. Persona enterada de su pasado, perfecto.

—Un gusto, señor Ackerman —murmuró la chica, extendiendo su mano frente a él.

El hombre miró la fina mano de la chica y luego de mirarla, pasó su vista al más alto—: No soy amante de los gérmenes. Pero se le agradece su cortesía —habló el azabache. Se dirigió rumbo al salón donde tenían los arreglos.

—Bueno, empecemos. ¿Qué es lo que buscan? —habló Erwin, caminando al lado de la pareja.

Un recorrido se dio por un largo y aburrido rato para el castaño. Sólo asentía ante las preguntas de la pequeña mujer. Y aunque no lo hiciera, ella misma respondía sus interrogantes. De hecho, no importaba mucho la opinión de Eren, dejándolo solo en algunas ocasiones, como en ese momento. Ella buscaba complacer a su padre. 

Middle of the Night || EreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora