3

629 31 7
                                    

Cuando desperté en la mañana del lunes sentí una fría brisa que provenía de la ventana. Sonreí pensando en ponerme mi ropa de invierno. Me miré en el espejo y descubrí que mi pelo estaba siendo una víctima -bastante cruel- de la húmedad. Me hice una cola de caballo y me cambié. Cuando me estaba viendo al espejo pensé que quizás debería cubrirme los círculos bajo mis ojos. Había pasado todo el resto del fin de semana en la cama. Haciendo tareas, mirando series, leyendo, y durmiendo. Y realmente lo había pasado bien, pero acostarme tarde dejó sus secuelas. Se me ocurrió que quizás alguien iba a verme hoy, después de la escena en la fiesta de Brooke, era posible que alguien me notara. O tal vez no. Pero estaba segura de que no iba a lucir como una indigente si alguien volteaba hacia mí. Me cubrí las ojeras con maquillaje y me apliqué máscara de pestañas. Empecé a caminar hacia la puerta, pero cambié de opinión y me apliqué brillo labial. Sí, era una marginada, pero también era una chica, e iba a lucir linda hoy. Cuando bajé, mi madre me había preparado el desayuno, y cuando volteó me miró sorprendida.

-¿Este nuevo cambio repentino significa que sí quieres que vayamos a comprar maquillaje juntas?

Reí. A veces era adorable.

-No mamá, significa que cuando me miré al espejo parecía parte del elenco de The Walking Dead, y no precisamente parte de los humanos, así que me pinté un poco.-Dije quitándole importancia.

La bocina del coche de Ethan sonó y mientras agarraba una manzana, mi móvil y mi bolso me despedí de mi madre.

-Hey Lollipop-me saludó con una sonrisa burlona.

Odiaba cuando me llamaba así. Cuando teníamos 10 años me fascinaban las paletas, y las comía literalmente todo el tiempo. Ethan sólo me llamaba así para molestarme, por supuesto.

-No me vuelvas a llamar así. ES UNA ETAPA SUPERADA, AVANZA.-Contesté elevando la voz.

-De acuerdo, de acuerdo, lo siento.-Dijo reprimiendo una risa. 

Le lancé la manzana que llevaba para él, como todas las mañanas.

-¡Ouch! Hey, no es justo, tengo que tener los ojos en la carretera, y no tengo ningún arma.-contestó mientras mordía la manzana.

-¿Cómo puedes comer eso todas las mañanas?-pregunté con cara de asco.

-A ver, Paige, ¿te gusta respirar?

-Sí.

-¿Te gusta ducharte?

-Sí.

-Entonces, ¿Cómo es que no te gustan las manzanas? Quiero decir, ¿A qué persona no le gustan las manzanas? Es algo que simplemente le gusta a todo el mundo. 

-No voy a tener esta conversación de nuevo.-Respondí riendo.

Cuando llegamos a el edificio realmente no quería estar allí. Simplemente no había tenido suficiente tiempo para no hacer nada. Cuando dejé las cosas en mi casillero una mano cerró la puerta de golpe. Reconocería es barniz rosa chicle en cualquier parte.

-Jake no deja de hablar de ti desde la fiesta.-Me dijo Brooke sonriendo.

-¿Y quién es Jake?-pregunté curiosamente. Esa noche solo hablé con Brooke y con Zack. Había cientos de personas y solo hablé con dos. La idea me hacía gracia.

-Veo una sonrisa por ahí, creo que alguien está recordando quién es Jake...-dijo emocionada. El verdadero motivo de mi sonrisa era mi falta de simpatía, pero cómo sea.

-Ah, sí, es posible que lo haya visto con tu grupo de amigos. No estoy interesada, y tengo que ir a clases.-Forcé una sonrisa y volteé. 

Cuando la campana sonó ya estaba agotada de hacer cálculos. Me encantaba Matemáticas pero mi actividad favorita no era resolver ejercicios sin parar, para ser honesta.

Bad BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora