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-¿Te has enterado?-me dijo Emma con una sonrisa de satisfacción que intentaba reprimir-Oh, por favor, dime que no te has enterado, ¡yo quiero decírtelo!

Rodeé los ojos.

-¿Decirme qué?

Sonrió asquerosamente.

-Mientras tú estabas jugando a la universitaria, tu novio estaba aquí, de fiesta, y teniendo sexo con Brooke.

No podía ser verdad, Brooke estaba con Ethan. ¡Y era mi prima! No creía que Emma vaya a inventar algo así sólo porque sí. No podía pensar con claridad, estaba literalmente a punto de explotar. Comencé a alejarme de mi casillero -y de Emma- y caminé en una sola dirección.

Cuando me vió se acercó rápidamente hacia mi. Era la primera vez que hablábamos desde el viernes. Yo había pasado el resto del fin de semana ignorándolo.

-Paige...mierda no es lo-comenzó a decir preocupado pero lo interrumpí.

-¿Es verdad?

-Paige...

-¿Es verdad?-dije y mi voz no se estaba manteniendo firme como esperaba. No quería llorar frente a nadie.

Zack miró alrededor y algunas personas comenzaban a agruparse a nuestro alrededor, por eso me condujo hacia el armario de limpieza.

-Responde.-le dije.

-Sí. Es verdad, pero estaba realmente ebrio y...

-¿Cómo? ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¡Sabías lo díficil que es para mi abrirme a alguien! ¡Sabías que estaba realmente sola después de haberme peleado con Ethan! ¡Lo sabías y no te importó! ¡Nada sobre mí te importó!

-Paige, no digas eso, lo siento muchísimo, no estaba pensando.

-Bueno, déjame decirte algo...es tarde para que te disculpes. Me lastimaste. No te importó nuestra relación. No te importé yo.

-Me importas. Sí que me importas. No era yo mismo Paige.

-¿Qué fue lo que paso? ¿Te cansaste de mi? ¿O simplemente estabas aburrido y decidiste aplastar mis sentimientos?-No me había dado cuenta de que lágrimas caían bastante fluídamente por mis mejillas. Ugh.

-Nunca podría cansarme de ti, y por supuesto que no quiero lastimarte. Estaba enfadado y Mason me habló de la fiesta de Erica. Te envié mensajes y me ignorabas. Entonces decidí que iría, porque si a ti no te importaba, tampoco me importaría a mi. Comencé a beber, y Brooke también estaba ebria, y estábamos hablando y luego estábamos besándonos y luego estaba acostada junto a mi. 

-Te dejé entrar. Te dejé conocerme. Maldición, te conté sobre mi. ¿Cómo es que nada de eso te importó? 

-Lo siento...

-No. No lo sientas. Es más, imagina que nunca pasó. Imagina que todo esto nunca pasó. No quiero que vuelvas a hablarme. No quiero que vuelvas a tocarme. No quiero que vuelvas a acercarte a mí. Cualquier cosa que hayamos tenido se terminó. Realmente me entristece, ¿sabes por qué? Creí que eras diferente. Diferente conmigo. Creí que te gustaba estar conmigo, porque a mi me gustaba estar contigo.-reí sarcásticamente-Fui una tonta, pero no volverá a pasar. Espero que te vaya bien.-dije y cerré la puerta detrás de mi antes de que pudiera seguirme. No tenía ningún sentido que me siguiese, había tomado una decisión. 

Iba a irme a casa, estaba llorando y no podía pensar. Cuando salía me encontré con Sienna. Bajé la vista, evitandola, pero me vió y me siguió hacia afuera.

-Paige, ¿qué ha pasado?

-Me rompió el corazón, Sienna.-dije y no pude detener las lágrimas. No pude detener que las emociones que tanto reprimía exploten frente a mí. Sienna me abrazó y por un momento no me sentí tan sola. Había estado sola tanto tiempo que algunas veces olvidaba cómo se siente que alguien te sostenga antes de que caigas.  

Llegué a casa y -por suerte- estaba sola. Tomé un baño de agua caliente, uno realmente largo. Y lloré. Lloré hasta que pensé que mis ojos iban a salirse de mi cara. Lloré porque mi mejor amigo me había cambiado, porque el chico que me gustaba había dormido con mi prima, porque mi madre trabajaba demasiado y porque veía a mi padre en persona dos semanas por año. Pero no faltaba mucho para esas dos semanas.  Eso iba a hacerme sentir mejor. Cuando mi padre venía íbamos al cine, salíamos a cenar, mirábamos películas, hacíamos, en realidad, cosas que normalmente podrían hacer un padre y una hija. Pero no eran cosas normales para mi, y en mucho tiempo no lo habían sido. 

Me quedé dormida llorando-por supuesto-y me desperté varias horas más tarde con el sonido de mi móvil.

-¿Hola?-pregunté y mi voz sonaba enferma, pero era probablemente una mezcla de haber llorado y dormido en exceso.

-¿Paige?

-Hola papá.-respondí y me entusiasmé un poco. Era lo que necesitaba para sentirme mejor un día así.

-Paige...tengo algo que decirte.

-¿Qué pasa?-pregunté y aunque no me esté viendo fruncí el ceño.

-Hay un seminario...Y, es realmente importante. Y tendré que viajar para ir. Dura dos semanas, pero debo ir. Sabes que eres importante para mi, pero no podré ir este año.

-De acuerdo.-respondí y solo me salió un hilo de voz-Tengo que irme. Adiós papá.

Colgué el teléfono antes de oír una respuesta y me senté en el suelo. Lágrimas ya estaban cayendo de mis ojos. No podía respirar y el corazón me latía muy rápido. Sentí que iba a desmayarme así que rápidamente tomé el télefono y llamé a mi madre. No me sentía bien y me costaba cada vez más respirar, además me estaba ahogando.

¿Qué les pareció? Les digo que me pareció a mi: el capítulo mas triste del mundo por favorrrr *monito tapandóse los ojos* pero bueno estaba harta de cosas buenas!!! jajajajaj muchas muchas gracias por las 1500 leídas. Significa TANTO para mi. Porfis si les gusta voten y comenten cosas lindas porque me hace muyyyy feliz cuando eso pasa ;)

Bad BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora