8. Pez

2 1 0
                                    

Había picado uno esa tarde, el primero de muchos intentos y para cuando saqué la caña no había pez alguno. Ya el sol se había ocultado, las nubes negras lo cubrían. Un trueno se hizo escuchar en medio del cerro y con los amigos partimos camino abajo. Yo era el más lento se todos, y cada uno me pasaba de costado y se perdía monte abajo. Una estampida de toros nos cubrió el camino, eran tranquilos pero nosotros chicos y boludos nos imaginamos en una persecución y nos colamos por las laderas del monte. Arrancando la maleza y con la lluvia en los talones llegamos al bar de barrio que eran los surcos de arcilla. Cuál tobogan nos deslizamos y embarrados retornamos al hogar.

Nunca más volví a ese lugar, a las lagunas del monte dónde un par de veces nos perdimos al anochecer. Dónde ocurrió está historia que les cuento, que también a veces cuento a desconocidos al pasar. Maravillas cotidianas de la infancia que se vuelven anécdota de bar. Nunca más volví, ya he perdido la cuenta del tiempo que ha pasado.

Writober 2020 - Franco L. FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora