14. Brumoso

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La barca se tambaleaba, la madera estaba casi podrida por el mar, y la gente se agolpaba en la proa tratando de divisar algo entre la densa niebla. El paisaje brumoso aún no revelaba lo que todos esperábamos, tan solo una silueta inmensa: un semicírculo apenas visible bordeando el horizonte.  El Nexo, le habían dicho, era la ultima maravilla del hombre y la definitiva: quienes vivieran ahí estaban destinados a volver a los días de arboles verdes y vientos frescos, a comida que no fuera arena en la boca. A medida que la barca avanzaba por el mar muerto, finalmente, la niebla se fue despejando (aunque decirle niebla a las capas de arena era ser muy esperanzador) y dejo entrever la cupula gigante que se extendía a donde viera la vista. Por dentro los grandes campos verdes, los arboles enormes y frondosos cubrían grandes extensiones de tierra.

Las alarmas sonaron, y los tripulantes de la barca jamás vieron la entrada al paraíso.

Writober 2020 - Franco L. FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora