𝐇𝐎𝐎𝐃𝐈𝐄

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Subí las escaleras de la mansión... Estaba cansado, sentía mis piernas debilitarse a cada peldaño que pisaba y solo quería tumbarme en mi cómodo colchón.

Cuando llegué al pasillo, suspiré, haciendo un gran esfuerzo por no caer desmayado en el piso, al menos no hasta llegar a mi cuarto. Tomé el pomo que yo creía que abriría la puerta hacia mi habitación y acaricié mi cabello con mi mano libre, deseando entrar para no volver a salir después de unas largas horas durmiendo...

Lo giré, empujando la puerta y encontrándome con la recámara de mi novia... Mierda... Joder, estaba demasiado cansado como para dar la vuelta, su cama solo está a unos dos metros y parece que no hay nadie al rededor... Solamente echaré una siesta, no sabrá que he estado aquí...

Mentalizado, me quité las botas y deshice la cama para tumbarme y cubrirme con las cobijas... De pronto, un olor familiar inundó mis fosas nasales, captando mi atención... Ese olor a vainilla mezclado con el de la mascarilla de frutas que siempre usaba para "perfumar" su cabello... Moví levemente mi cabeza y comprendí que el aroma lo desprendía las sábanas.

Me acomodé y una sonrisa tiró de mis labios al imaginarme a ella adormilada entre mis brazos... Su pequeño y delicado cuerpo entre los brazos de un asesino... Ojalá.

•••

No sé en qué momento me quedé dormido; pero, algo me hizo despertar. Abrí los ojos poco a poco, quejándome por la luz que invadía toda la habitación. Vi una sombra en frente de mí, agachada y que me observaba. Fruncí el ceño, confuso y abrí mis ojos hasta que alcancé a reconocer esa figura... Ella.

Vanesa: Buenos días. -- Rió y levantó una mano para acercarla a mí y acariciar mi, seguramente despinado cabello. Se inclinó hacia adelante y posó sus labios suavemente sobre los míos. Cerré de nuevo los ojos, sintiendo su cercanía y disfrutando de ella. Se alejó poco después y sonrió.

Hoodie: ¿Qué hora es? --La observé con atención, cual perro que mira a su amo con ojos de amor.

Vanesa: Pues... las nueve y media de la noche. --Respondió casi tan atontada como yo.

Me quedé callado sin dejar de analizar su rostro, ni si quiera presté atención a su contestación. Ella se sonrojó y agachó la cabeza.

Vanesa: ¿Qué miras tanto? --Preguntó apenada.

Hoodie: Nada solo... --Estiré mi brazo para pasar un mechón de su cabello detrás de su oreja y así ver su cara mejor. --...solo disfrutaba de tu belleza. --Desvié la mirada cuando me di cuenta de lo que dije. --Quiero decir... -- Busqué una excusa, pero mi cabeza estaba totalmente en blanco.

Vanesa: Vamos, levántate, el sueño te está afectando a la vista. --Se incorporó y me dio la espalda. Reconozco ese gesto...se ha puesto nerviosa... Siempre que escucha algo que no le gusta o que la incomoda, me da la espalda y cambia de tema. Pero, si ella es preciosa, ¿por qué lo niega?... Jamás entenderé a las mujeres.

No, no estoy enamorado, si es lo que piensan... Conseguir que un proxy se enamore es imposible; pero, no la cambiaría por nadie.

•••

Espero que te haya gustado.



Nos vemos en el próximo cap.

❤️💋

Proxies are the type of boyfriend...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora