7.- Tiempo

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--Ciudad: Mosutafu--

-Hora: 10:05 A.M.-

La gran estrella del día ya se encontraba iluminando aquella ciudad, donde personas y automóviles ya se podían apreciar por las calles de mosutafu.

Pero ya sabiendo como es la ciudad a esas horas del día, es mejor ubicarse en una casa en particular, una que no era tan grande, pero tampoco tan pequeña. Si no, una casa donde se podrían quedar dos personas con gran comodidad y aún así tener un espacio de sobra.

Y en un cuarto de la casa, un joven de cabello castaño se estaba despertando con la respiración ligeramente agitada, casi imperceptible.

Donde al despertarse por completo, aquel joven se apoyo con sus dos codos sobre el mismo lugar en donde estába acostado, mientras trataba de calmar lo poco que lo agitaba.

Pues el responsable de su actual estado, era el haber visto algo, o más bien, un sueño extraño, donde la sensación que el sentía era conocida, pero lo que veía simplemente lo asustaba. si, una ligera pesadilla que lo obligó a despertarse, dejando de ver aquella zona oscura, con una llamarada carmesí que se encontraba al fondo de esta.

Así que después de unos simples segundos, la respiración del castaño volvió a la normalidad como si nada de lo anterior hubiera pasado, mientras que en su mente decía una pregunta que se ha dicho durante los tres últimos días...

¿Otra vez ese sueño?. -Esa era la pregunta que se formulaba aquel chico cada vez que se despertaba.

Podría haberse cuestionado otra cosa, podría haberse quedado pensando más tiempo en ese asunto, pero no podía hacerlo, debido a que fue interrumpido por un sonido.

Uno que provenía de la puerta de su habitación, siendo estos, tres golpes de forma lenta y baja, indicando que alguien estaba llamándolo.

Pues justo después de eso, la puerta fue abierta de manera lenta, para después mostrar una figura femenina quien entraba un poco a la habitación, alguien que el castaño conocía bien.

O, veo que ya despertaste, buenos días Issei. -decía aquella voz femenina de manera suave y alegre.

O, hola Ryuko, buenos días a ti también. -respondía Issei con un tono suave, mientras le regalaba una pequeña sonrisa a la chica frente a él.

Bueno, venía a despertarte para avisarte que hoy me iré un poco más temprano al trabajo, así que también me preguntaba si es que no necesitabas algo antes de irme. -decía Ryuko con un tono sereno, mientras veía al chico aún en la cama.

E, no, no necesito nada Ryuko, así estoy bien, no te preocupes por eso. -respondía Issei con una pequeña sonrisa.

Está bien, ya me tengo que ir, te encargo la casa Issei, te veo en la tarde. -decía Ryuko con su tono tranquilo, mientras regalaba igualmente una pequeña sonrisa, al igual que empezaba a salir de la habitación.

Adiós Ryuko, que te valla bien, nos vemos en la tarde. -decía de igual manera Issei, mientras veía como aquella chica de pelo rubio salía de la habitación.

Así que con eso, Issei solamente se quedó en silencio por unos segundos, mientras dirigía su vista hacia sus piernas...

Se quedó observando sus dos extremidades mientras se mostraba una pequeña queja en su rostro, pues no sólo estaba viendo, sino, que también estaba tratando de mover sus piernas de manera normal...

Pero no, aún no podía moverlas de manera natural, simplemente lo que podía hacer hasta ahora, era el mover de manera más libre los dedos de sus pies.

El Dragón Emperador Rojo y La Dragona Hero. - 💚 ❣️ 💛 - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora