Recuerdos y dolor

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El triple C acabó siendo un equipo formidable, tenían varias  supertecnicas y eran talentosas, al principio nos confundimos con su juego porque nos controlaban ellas al hacer gestos y saltos en el aire.
Pero al final nos recompusimos y ganamos 4-1.
Tod y Jack se pusieron a llorar de felicidad porque Erik no se quedaría a hacer crepes en Osaka.
Me acerqué a Sue
-Me gusta vuestro juego, sois geniales-
-Vaya rica, muchas gracias, vosotros sois muy fuertes-
-¿Como es que sois tan fuertes?-pregunto Nathan
Sue iba a decir algo pero sus amigas le taparon la boca y empezaron a cuchichear entre ellas.
Al final nos miraron y Sue nos dijo que la siguiramos.
Llegamos a un castillo y entramos.
-Pero si aquí no hay nada- dijo Jack confuso.
-Si, eso parece-Sue presionó una palanca y empezamos a bajar.

La entrenadora (a la que habíamos llamado antes de ir con la loca enamorada) puso su mano en mi hombro apegándose a ella.
La mire en silencio.
Ella me susurro
-¿Sabes en donde estamos?-
Cuando llegamos observé todo vi unas maquinas y no se porque tuve una sensación de ya haber estado allí.
Me dio una punzada en la cabeza y me hubiera caído de no ser por la entrenadora.
-Shana, entrenadora que le pasa-oi a alguien preguntar.

Recuerdo:

-Chicos, hoy vamos a ir a jugar al fútbol en un sitio de entrenamiento especial que he creado para vosotros, está en Osaka, ahí podréis entrenar y jugar un poco-
-¡Muchas gracias padre!- soltó Jordan riendo emocionado.
Una chica de pelo naranja estaba al lado de un niño de ojos amarillos y pelo rojo.
-¿Padre quién nos llevará?-
-Yo lo haré-una voz femenina  hizo acto de presencia.
El ojiambar miro a la niña
-Renacuaja, cuando lleguemos echamos una carrera ¿vale?- le revolvió el pelo y la chica asintió subiéndose a su espalda.

Fin del recuerdo...

Abrí los ojos finalmente y vi a Lina preocupada mirándome. Estaba tumbada en su regazo.
-Perdone entrenadora, ya me uno al entrenamiento-iba a irme pero me sujeto el brazo.
-Creo que es mejor que entrenes más tarde, ahora mismo no estás en condiciones-
-Pero el partido es dentro de tres días, tengo que ayudar a los chicos-intente convencerla.
Me miro unos momentos y suspiró.
-Adelante, pero a la mínima señal de que estas mal, vienes aquí ¿vale?-
-Trato hecho-asenti y fui con el equipo que estaban practicando cambiar de ataque a defensa y al contrario.
Los observé y ya iban por el sexto nivel.
Algo parecido a la tristeza me inundo.
Ellos mejoraban ya y yo tendría que empezar por el principio.
Me estaba quedando atrás.
La entrenadora justo apareció por allí.
-Acompañame, creo que se en que puedes mejorar-
La seguí y vi tres robots que curiosamente se me hacían conocidos.
-Z1, F4 y X8- susurre
Aquilina me miro atentamente
-Sirven para mejorar tu rapidez, el dominio del balón y la potencia de los tiros-enumere.
-Correcto-sonrio y se sentó en un banquillo observando mi entrenamiento.
-¿No va a revisar al resto del equipo?- dije mientras chutaba al robot.
-No, ellos mejorarán como lo han hecho hasta ahora, y tu también-se limitó a decirme.
Ahí estuve horas y conseguí una supertecnica nueva...Balón Cósmico.
-Buen trabajo, vayamos con el resto-
-Entrenadora, estas instalaciones...¿Podrían ser las de la Academia Alius?-pregunte y ella asintió.
-Si, es lo más probable-
-Shana, entrenadora-
-¡Shana, como estas!- Mark se acercó a mí
-Vivita y bien, gracias Mark-
Tori y Jude ambos hablaban algo apartados pero ahí vi algo que me hizo hervir la sangre.
Tori se acercó a Jude y le besó apasionadamente.

Ahí me retiré corriendo a la sala de entrenamiento corriendo con las lágrimas cayendo lentamente.
Cerré la puerta cambiando la contraseña y me encerré ahí.
Me sentí furiosa y dolida.
Vi el balón y no dude en pegarle un balonazo al droide que estalló en pedazos.
-Shana, ábreme-
-No Celia, no voy a abrir, largate por favor-fue lo único que dije.
-Shana, podemos hablar de esto-era Tori.
-Tori te agradecería que te marcharas, eres con la que menos quiero hablar, así que adios-
-Pero Shana...-
-QUE TE VAYAS-grite sin pensar.

Me quedé horas en el entrenamiento dando con furia balonazos a diestro y siniestro. Oí un pip y la puerta bloqueada se abrió y vi la figura de Aquilina que se acercó sin decir nada.
La mire temerosa de que me fuera a expulsar del equipo.
Sin embargo lo que obtuve me hizo calmarme.
Me abrazo y lloré sobre su hombro un rato, ella me acarició el pelo suavemente.
-Shhh, tranquila, no pasa nada, no pasa nada-susurro a mi oído y me adormeció lentamente.
Cuando me sentí mejor la mire que me miraba tiernamente, como a una madre a su hija...me sentía querida de alguna manera.
-Gracias Lina-
-No hay de que Shana-

La Hermana De SamfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora