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No pasaban las siete de la mañana cuando Dayanne se encontraba camino a la hacienda, sus ánimos estaban en el límite de lo nerviosa y lo ansiosa, sentía que estaba huyendo de aquel hombre, pero sabía perfectamente que al enterarse quien había comprado aquella pieza, la buscaría de inmediato, era cuestión de honor y aunque hubiese cedido la pieza su orgullo fue ofendido.

-¿Está bien Milady? La noto intranquila

-Quizás es el cansancio Clara, no te preocupes.

-Tan pronto llegue le haré preparar lo que más le gusta, luego podra dormir un poco.

-La comida está bien, pero no puedo descansar aún - Clara miro inquisitiva a su ama -Ya verás porque.

No podía darse el tiempo de descansar, debía dejar listo los espacios dónde ubicaría los cuadros, la imagen de la misteriosa mujer la ubicaría sin duda alguna en su salón de té, en toda la entrada para poder observarla cada que entraba allí.

Parecía una locura pero sentía que esa pintura tenía algo que ella necesitaba en estos momentos, aunque tuviese un aire nostálgico no dejaba de sentir cierta sensación de calidez.

Nunca su corazón había sido tomado de esa manera, era extraño pero familiar.

Las demás si tenía que buscarles un espacio adecuado, aunque las había comprado para obtener su favorita, no significaba que las iba a dejar en cualquier lugar, ante todo eran piezas de arte y las trataría como eso.

Sus pensamientos viajaron por toda la mansión ubicando aquellas pinturas mientras el carruaje recorría la polvosa carretera.

Al llegar el carruaje a la mansión, Dayanne literalmente se tiró de el en busca de su capataz, debía estar lo más pronto en el hotel, no quería perder esa pieza por simple descuido.

-¡Virkam! ¡Virkam!

La voz de su ama resonó por la caballeriza

-¡Señora! ¿Qué hace acá? Este lugar no es para usted.

-Lo estoy buscando - respondió con mofa ante la evidente pregunta --Arreglese un poco... Lo espero en la biblioteca ya.

El capataz asintió y miro a Clara buscando respuesta pero está lo ignoro y se fue tras Dayanne.

-Clara me puedes llamar al ama de llaves por favor - la mujer asintió y salió dejándola sola en la biblioteca.

Momentos después entro el capataz, con mejor presentación y dispuesto a escuchar la voluntad de la señora.

-Ya mismo me encargo de ello señora ¿Desea algo más?

-No, por ahora solo eso, te encargo mucho las piezas - no había necesidad de decirlo, por la manera que le hablaba de esos cuadros.

Pasado el medio día y luego de ubicar y reubicar otras decoraciones junto con Clara y el ama de llaves, los espacios para los cuadros estaban más que listo, ahora solo quedaba esperar a que llegara su capataz para que los dejara dónde había designado, la emoción la invadía, era la primera vez organizando libremente algún espacio de su hogar.

Mientras Dayanne esperaba algo impaciente la llegada de las obras, Virkam se encontraba en apuros por eso mismo.

-Entienda señor que no puedo darle información, esas piezas son legalmente de mi ama

-Créame que no me cabe la menor duda que su señora las adquirió honestamente, pero entiéndame caballero, es un error, esa pieza no estaba a la venta.

Virkam trataba de explicarle al hombre que él no podía hacer nada al respecto y el hombre no dejaba de decirle que necesitaba esa pieza de manera urgente, incluso ofreció el doble de lo que había costado esa pintura.

Pacto Nupcial. (Serie Noble Desamor IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora