- ¿Quieres decir algo antes de empezar? - Le pregunto mientras acerco un poco una pequeña mesa con distintas herramientas sobre esta a lo que el asiente y yo retiro el trapo que cubre su boca.

- ¡Aunque me tortures no te diré nada! - Dijo de manera retadora a lo que no pude evitar soltar una carcajada.

- Eres toda una ternurita - Dije en una manera tierna pero burlona causando que me mire extrañado - ¿En serio pensaste que aunque me dieras la información solo rompería un par de dedos y luego te dejaría ir? Me encanta tu inocencia - Tome una pinza cortafrío y me acerque a su mano herida - Voy a ver que tanto resistes el dolor - Dije con una sonrisa.

Observe sus uñas y me sorprendió el cuidado que tenían estas, pareciera que iba a una manicurista de manera quincenal o mensual haciéndome sentir un poco mal por los cuidados que les doy a las mías. Tome la pinza y comencé poco a poco arrancarle la uña del dedo indice haciendo que el gritara levemente de dolor pero eso no me complació así que tome el bisturí y comencé a cortar con sumo cuidado su dedo hasta llegar al hueso, ahora si estaba llorando y gritando de dolor.

- Aguanta un poco, aun falta lo mejor y más sencillo de hacer - Digo con una sonrisa sin siquiera mirarlo.

Tome el cortafrío y termine de romper el dedo de él, esto sí me estaba gustando, ver como agonizaba del dolor y pedía piedad era algo que había deseado por más de 10 años volver a vivir. Tome unas tijeras y comencé a romperle la ropa con esta encontrándome con una decepción, su cuerpo no era lindo y existía la posibilidad de que ni siquiera tenga experiencia matando a alguien, eso quería decir que posiblemente halla sido un simple señuelo.

- Maldita seas! - Grité furiosa, este de pronto había sido el objetivo principal de la persona que lo mando - ¡¿Quién te mando?! - Pregunté molesta.

- No te lo diré! - Exclamó a lo que con la poca paciencia que cargaba tome su mano herida e introduje lentamente mis dedos índice y pulgar en el pequeño agujero que había dejado la bala haciendo mayor el daño de su mano.

- Mira niño, ya no estoy de humor así que dime quien mierda te mando a mi casa o te quitaré tu piel vivo e intentaré mantenerte consciente por mucho tiempo - Le advertí mientras este lloraba y gritaba de dolor por el movimiento que hacían mis dedos en su herida.

- Esta bien! Te lo diré! - Dice entre dolor a lo que me detengo y noto como la sangre comienza a salir por cantidad de su mano herida y dedo cortado así que me apresure a detener el sangrado.

- Habla! - Exigí.

- No sé sus nombres!... Pero una chica y un chico me enviaron a matarte... Si era necesario matará a todo a aquel que me lo impidiera - Decía con voz entrecortada mientras yo revisaba cuidadosamente sus ropas rasgadas encontrándome con una cámara y micrófono oculto, los tome y los tire al suelo para después romperlos.

- Pues, te tengo una mala noticia - Le digo mientras me aseguró que estos ya no sirvan - En realidad ellos sabían que no podrías conmigo y querían saber el como soy torturando a las personas y matándolas - Dicho eso el baja su cabeza de golpe - ¿Me respondieras todas las preguntas que te haga ahora?.

- Sí... - Dijo entre lagrimas y rendido.

- ¿Viste a algún niño con ellos?

- No... Pero sé que si había uno en aquella casa, pude escuchar que llamaba a la chica - Dijo dándome esperanzas.

- ¿Qué edad parecía tener ella y el? - Esa pregunta era crucial para mí, podría ser más fácil para mi buscarla.

- La misma que usted y el chico solo lucia 2 años mayor - Dijo a lo que me tocó corroborar la edad que pensaba que tenia.

- ¿Y qué edad parezco tener? - Pregunté curiosa.

- 25 - Dice observándome cosa que me hace sentir feliz.

- Entonces ella relativamente es más joven que yo - Dije analizando las cosas y el me mira curioso - Tengo 30 - Le confieso - ¿Sabes dónde queda su casa?

- Sí, Pero dudo mucho que esa sea su verdadera casa, se escuchaba que ellos no estaban solos - Dice a lo que asiento.

- ¿Ellos tienen a alguien para amenazaste? - Esa era la última pregunta y supongo que era la más crucial.

- No, acepte el trabajo porque estoy sólo y sabía que si el trabajo era difícil no tendría porque involucrar a alguien mas.

- Muy inteligente de tu parte - Admití - ¿Qué edad tienes?

- 17... - Dice casi en un murmullo, eso respondía el porque no tenía experiencia, era un niño del cual ahora me haría responsable... Odio mi forma de ser aveces.

- En ese caso, quedarás bajo mi supervisión, serás el nuevo miembro de mi familia - Le digo mientras me apoyo en la pared más cercana - Tu existencia para el mundo ya murió o serías un blanco fácil para los que te mandaron. ¿Quieres ser asesino o saber defenderte? - Esta pregunta lo tomo por sorpresa y pensó un poco antes de fijar su mirada en mí.

- Quisiera... Sólo saber defenderme... El mundo de los asesinos es muy cruel, pero, ¿porque me acoges? - Ahora su pregunta si me causaba ternura e inocencia.

- Porque quiero, puedo y me da la gana - Le respondí caminando hacia la salida - Por unas cuantas horas te quedarás aquí, ya mande a buscarte ropa nueva y alguien bajara a curarte la mano y arreglarte el cabello, yo estaré organizando tu nueva habitación y dependiendo de lo que me digan sobre tu mano planeamos cuando comenzaras el entrenamiento.

Abrí la puerta del sótano para en cambiarme a la cocina pero me topé con Edwin en la entrada de este con rostro preocupado ya que notó que parte de mi ropa y mi mano tenían sangre a lo que le brindó una sonrisa para calmarlo.

- Tenemos un nuevo miembro en la familia - Le digo para después tomar su rostro y besar su mejilla dejando si cara ligeramente manchada de sangre - Necesito que le busques ropa de esta talla - Le pase un pequeño papelito con números en el - Necesitaré a Lorein así que hoy pasas por las niñas - El me miro y pude notar que no comprendía lo que sucedía - Cuando vuelvas te lo explico todo, tengo que limpiarme y organizar una habitación para el, llama a Lorein y dile que traiga material quirúrgico lo más rápido que pueda - Digo a la par que subo las escaleras al segundo piso - ¡Te amo! - Le grite en modo de despedida.

La Doble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora