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La puerta de la casa de Hagrid sonó fuertemente haciéndome estremecer, el semi gigante con un poco de apuro se acercó para abrirla, detrás de ella se encontraba el trío de amigos, Harry, Ron  y Hermione.

—¿Eva?—Preguntó Harry cuando me ve sentada tomando un té —¿Que haces aquí a esta hora?.

—Hagrid tenía que enseñarme algo, ¿y ustedes?—Pregunté poniéndome de pie—Si los descubren, estarán en serios problemas.

Hagrid había conseguido un huevo de Dragón, desde que lo conozco de mi primer año en Hogwarts sabía que siempre había sido uno de sus grandes deseos. 

—Tu tambien estaras en problema, ¿no tienes miedo que te expulsen?—Cuestionó la pequeña castaña causandome ternura. 

—Vivo con ese miedo constantemente desde que me junto con los gemelos—Doy una pequeña risa y encojo mis hombros—Supongo que ya me acostumbre. 

—¿Ha pasado algo niños?—Esta vez fue Hagrid el que hablo pero sin prestar mucha atención pues la tenía todo enfocada al gran huevo, y antes de que llegaron los niños, me había contado que faltaba casi nada para que por fin pudiéramos ver a la criatura que contenía dentro. 

—Creemos que Snape quiere robar la piedra filosofal—Toma la palabra Harry, y los tres niños toman asiento, yo frunzo el ceño al no saber de qué hablaban. 

—¿Snape? Imposible—Respondió Hagrid, yo sigo sin opinar nada ya que no se de que se trataba su conversación. 

Aunque si se que es la piedra filosofal, habia leido sobre ella, era creacion de Nicolas Flamel, siempre se dijo que la usa para alargar su vida y la de su mujer, Perenelle. Me parece absurdo querer vivir tantos años e ir contra la naturaleza de la vida. 

—Sabemos que quiere robarla, pero no sabemos para qué—Insistió el pequeño niño con gafas.

—Snape es uno de los que protege la piedra, no tiene razón para robarla—Explicó Hagrid—Bueno, es mejor que se retiren con Eva estamos ocupados. 

—¿Qué?—Preguntó atónito Potter.

—¡Claro!—Habló Hermione, la cual había quedado en silencio, me causaba mucha ternura verla sentada en el gran sofá de Hagrid y ella siendo tan pequeña—Hay otras cosas que la defienden, ¿no? ¡Encantamientos, Magia!.

—Así es—Admitió— Aunque opino que es una pérdida de tiempo, con Fluffy ya es suficiente, nadia podría pasar por Fluffy, nadie sabe como hacerlo excepto, Dumbledore, Eva y yo—Señalo haciendo que las miradas de  los tres caigan en mi. 

Hagrid había hablado cientos de veces de Fluffy el gran perro de tres cabezas, dijo que era gigante, pero que era un buen perro, que se calmaba con la música, jamás lo he visto  y por el momento no tengo ganas de hacerlo, de solo imaginarme un perro gigante de tres cabeza me pone los pelos de punta.

Mire con regaño al semi gigante, se suponía que no debía decir nada acerca del tema, ya lo había regañado por el simple hecho de habérmelo contado a mi, no es que no sea de fiar, todo lo contrario, pero igual no debía hacerlo.

—No debi  decir eso—Se rectraco, antes que alguno de nosotros pudiéramos hablar el balde que se encontraba en la chimenea comenzó a hacer pequeños ruidos, sonrei emocionada ya era la hora de que naciera. 

Con quejidos del grandote por quemar sus manos, trae el balde hacia la mesa, rápidamente los cuatros restantes nos acercamos a rodearla con curiosidad. 

—¿Qué es esa cosa?—Preguntó Harry.

—Yo sé lo que es—Gana en responder, Ron—Pero Hagrid, ¿de donde lo sacaste?

Pubertet [George Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora