5. El viaje

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Hoy vuelvo al mismo sitio

que evito cada noche,

hoy emprendo el viaje

a las profundidades de la corteza humana,

no encuentro fortalezas

parece que están atrapadas,

o quizás ocultas bajo kilómetros de inseguridad,

de melancolía

de rabia que deja escombros.

He sido indulgente conmigo mismo,

porque en mi concepto

no cualquiera aguanta todo el peso

que cargo a los hombros,

llevo mi vida en mi espalda puesta

y subo una cuesta empujando una piedra pesada,

tratando de esquivar las hiedras venenosas,

sin ver la cima, con la vaga idea

de que sólo me esperan nebulosas,

las respuestas que encuentro son muy pocas,

las preguntas se multiplican como ratas,

¿quién soy yo? más que un héroe,

soy un villano con capa,

.

No hay sapiensa en mis versos,

sólo hay desesperación.

Es una destrucción de universos inmensa.

Hoy muero, mañana revivo en la mañana

y prosigue mi peregrinaje por este monte Calvario,

destinado a perecer con los brazos abiertos al cielo.

Cuando gané me sentí en la lona,

porque siempre hay espinas en mi corona.

No hay libertad

para el hombre que vive encerrado en su mente,

no hay libertad

si no sabes construirte un puente

das pasos al río y te ahogarás de repente,

y si logras sobrevivir

te llevará la corriente.

¿Entonces qué me espera a mí?

que vivo esclavo de mis propias dudas,

que se me va el tren

por no zafarme de mis ataduras,

que se me cruzan cables e ideas macabras,

que estoy tan loco

que al hablar con las paredes,

éstas me devuelven las palabras.

Sembré flores y nacieron cardos,

sembré cardos y nacieron flores,

¿qué puto sentido tiene la vida entonces?

¿si el fin es morir de qué sirve preocuparnos?

De pronto llegué a creer

que por más absurda que la vida sea,

no podría haber vida más perfecta,

en un mundo con mil posibilidades

no hay más riqueza que la variedad eterna.

Y ahora ese discurso no sirve de nada,

el río sigue el mismo curso,

haga lo que haga, no hay justicia,

no hay equidad,

la maldad o la bondad que exista en mí

con la muerte se paga.

Nadar contra la corriente,

como un salmón que busca su lugar de origen

es para valientes

aquellos que se rigen por sus propias normas;

pero es un agujero negro,

si a él te diriges, te deformas

y no importa cuan valiente seas

pues de todas formas no te sirve.

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📌 Pazzenger

TOXICOMANÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora