Un pequeño gran acompañante.

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Luego de que el monje se fué, John tomo la guardia de noche, por lo que cuando desperte lo primero que hize fue convencerlo de que durmiese ya que necesitaba descanzar un poco. Asi que  tomé el rifle y fui hasta la cocina para preparar un almuerzo contundente para reponer energías, siempre tenia que estar atenta a los peligros por lo que a cada segundo tenia el arma cerca de mi. Remy dormía cerca de la estufa que le proporcionaba calor y confortabilidad, y tambien aprovecho de dormir ya que si bien nosotros no lo apreciamos lo suficiente el ha sido un excelente compañero siempre, por eso hoy aprovecharia de jugar con el. Estaba terminando de cocinar cuando de pronto alguien entra, y Remy corre hacia el comedor y comienza a ladrar, tome el arma y fui en su encuentro y al asomarme vi al monje que traia los medicamentos un poco maltratado y con su tunica rajada en la parte del brazo.

-¿Que ha pasado?- Pregunté preocupada.

-Digamos que los engendros que crean los karwos cada vez son mas fuertes...- Solo agacho la mirada y puso la bolsa de los remedios en la mesa.

- ¿Tu no usas armas?

-¿Que arma podria usar con un ser del que se tan poco? Ademas ni siquera estoy seguro de que tenga un cuerpo...

En ese instante doña Ambar, comienza a toser de una forma preocupante, por lo que fuí rapidamente en su ayuda, ya que podria estar pasandole algo malo. Le inyecte de inmediato los antibioticos y froté una pomada para la herida, que pareciese estaba peor de lo que creimos en un principio. Aunque el dolor ya habia cesado, estuve atenta a ella por precaución.

Ya casi al caer el atardecer, siento que Remy corre hacia la habitacion de John y comienza a saltar, su dueño ya habia despertado y lo primero que hizo fue jugar con su querido cachorro al cual acogio con tanto amor desde un principio. Solto unas carcajadas y era extraño oirlo reir pero esas risas se detuvieron de golpe, y comenzaron los ladridos asustados de nuestro can.

-¡¡Rose, quedate con el monje aquí!!- Oí reocupado a John pero este salio disparado con su escopeta en la mano.- ¡¡Monje, mas te vale cuidar de ellas!!

Subió a la camioneta y salio en direccion a la carretera, algo no andaba bien, y los nervios y temor me consumian a cada instante que pasaba. Trate de comunicarme con el por el radio pero arecia ser inutil hasta que escuche una debil voz que apenas parecia salir de la garganta de John.

-Son muchos, y estan... estan comiendose unos a otros... y los karwos solo giran entorno al monton que esta automutilandose... Rose no se que pasa, se que me estas escuchando pero no me hables, no quiero que ellos sepan que estoy aqui...- De pronto un silencio me lleno de angustia.- Rose, han cubierto los cadaveres con esa especie de liquido y se ha endurecido, aunque ha tardado mas en salir, ahora esto se mueve como si... como si algo estuviese fecundandose dentro de el...- Un rugido gigantezco estremecio y puso mis pelos de punta, la expresion del monje era fatal.-  Ha salido, es... es gigantezco... y  repugnante... ¡¡Espera!! Ha cogido a un karwo!!  se lo esta... ¡¡Se lo esta comiendo!!

El monje solo repetia la frase: ''No puede ser'' Una y otra vez, lo cual ya era mas que alarmante, cuando sigo escuchando el mensaje a cada segundo temia mas por la vida de John y por lo que le podria pasar estando cerca de esos monstruos.

- Rose, por si pasa cualquier cosa, ten claro que te amo, tratare de alejarme lentamente de aqui e irme a la casa lo mas rapido posible.- Se oye a lo lejos una jauría de perros acercandose.- Lo estan atacando, casi lo derriban.- Decia con un tono un tanto airoso, pero duró poco...- ¡¡Noooo!!  El esta aplastando a los perros como si fuesen nada, algunos tratan de huir pero el los atrapa... ¡¡Los devoraa!! 

En ese terrorifico instante, la comunicacion se corta por completo, y no sabía nada mas de John, o de nuestro Remy, quien con el temor de morir igual acompaño a su amo sin importar los riesgos posibes...

¿Que ha ocurrido con John? ¿Volvera sano y salvo? ¿Que seria aquel monstruo  nuevo? las dudas me inundaban y los pensamientos se me nublaban, solo queda esperar...

Luces de esperanza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora