Capítulo 22

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Izuku lo sabía perfectamente, por eso fue que abrió sus ojos con evidente terror, permitiendo que el miedo y la desesperación le dominaran por completo.

Y fue justamente por eso, que el silbato resonó con fuerza dentro de todo el bosque brumoso, provocando que todas las aves se alborotaran y que una sombra de cabellos oscuros alargados detuviera su actividad, para abrir sus escarlatas con miedo y emprender un vuelo veloz hacia el interior del bosque brumoso.

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El poder de Tokoyami

Las granates brillaban sedientas de sangre y victoria.

Su mano se encontraba firmemente en contra la piel nívea del pecoso, quien presentaba constantes temblores sobre su cuerpo.

Katsuki Bakugou acercó sus garras oscuras y afiladas hasta su cuello, identificando rápidamente aquella marca sombría bajo la nuca, en la parte trasera de este mismo que brillaba de manera constante, emitiendo colores vivos y de tonalidades verdosas.

Mas Izuku había sido más rápido que él, y con ayuda de su brazo izquierdo se interpuso en el momento del golpe de choque, generando su sangrado instantáneo en su antebrazo. Al mismo tiempo, como pudo reunió aire en sus pulmones y dirigió el silbato hasta sus labios con su brazo ensangrentado.

Era su única alternativa.

Segundos después, Bakugou Katsuki parpadeó y sus orejas dolieron como un demonio. Todo en el instante en que la onda sonora se manifestara por todo el bosque.

No pudo evitar lanzar un quejido y agacharse con dolor para tapar sus orejas. Desde el suelo observó al pecoso que bajó de un salto y le miró con sus esmeraldas asustadas y a su vez desafiantes.

— ¡A-A pesar de todo, pude comprobar que tu punto débil sí que son las orejas! —exclama sonriendo con temblores en su rostro y alzando su puño frente a él. —Eso será lo primero que anotaré en mi próximo bloc de apuntes. —añade sin quitar esa sonrisa de su rostro.

Y Bakugou Katsuki no podía sentirse más furioso.

Era la primera vez... La maldita primera vez que alguien se atrevía a desafiarlo hasta tales límites, aún sabiendo de su clara desventaja en el juego.

Nunca pensó que una simple y cobarde sombra se atrevería a llegar a tales límites.

Sus granates le observaron por largos segundos de pie e indiscretamente, su cola rubia ceniza esponjada se movió suavemente de izquierda a derecha.

¿Por qué lo hacía?

De alguna u otra manera, de pronto su sangre comenzó a hervir y de su rostro una sonrisa sádica nació, a su vez que separaba sus piernas de un impulso arrastrando el césped de por medio y amenazar con sus puños en posición de combate.

¿Por qué lo hacía?

Y su lengua de pronto humedeció sus labios sin despegar sus granates intensas de aquel pecoso frente a él.

No importaba... Esto solo hacía las cosas más interesantes.

Izuku abrió sus esmeraldas inseguras de pronto al ver aquella sonrisa sobre el rostro del rubio ceniza. Mas lo siguiente que pudo sentir fue el azote en contra el césped, teniendo a solo centímetros de su rostro el rostro de Bakugou, quien ya le había sujetado de ambas muñecas a la altura de su cabeza.

El pecoso se removió con miedo, pero Katsuki había tenido la libertad de sentarse sobre él sin ninguna pizca de delicadeza. — ¿Haah? ¿Realmente crees que podrás escribir esto? —inquiere comenzando a presionar sus muñecas con fuerza, mientras su cola se movía cada vez más de manera juguetona.

Bienvenido a Leffitsing ¦KatsuDeku¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora