Draco's Conquest

Capítulo 7

— Han pasado dos días, Draco apenas sale de su cuarto ¿Qué ocurrió exactamente? — Preguntó Pansy.

— La verdad, no nos ha dicho nada, pero estoy seguro que tiene que ver con Potter — Le contestó Blaise.

— ¿Y qué vamos a hacer si no quiere salir más de su habitación? — Preguntó Theo.

— Va a salir, lo conozco, es muy orgulloso como para quedarse encerrado y que piensen que está mal o enfermo.

Draco estaba ingresando al gran salón, y todos lo miraban, esperando respuesta de por qué estuvo encerrado en su habitación por dos días.

— Hasta que te dignas a aparecer — Le dice Blaise.— No hemos intentado nada desde que te desapareciste. Y nunca lograron llevar a cabo lo de la poción multijugos.

— Entonces son unos idiotas, les dije que si yo abandonaba el plan ustedes debían seguir. — Dijo Draco, tenía grandes ojeras y parecía que no tenía ganas de peinarse esa mañana. Había agarrado una manzana, pero lo único que estaba haciendo con ella, era mirarla.

Los chicos lo miraban preocupados, el no había dicho nada de lo que le había ocurrido aquel día. Cuando está decidido a morder la manzana, alguien abre la puerta del gran comedor.

— Te lo juro, cuando era pequeño mi padrino me subió a una escoba y me dejó hacer lo que quisiera, resulta que me caí de cabeza a los dos segundos — Dijo Harry riendo. Cedric a su lado también reía.

A Draco le dolía, pero no había nada que hacer, Harry lo odiaba más que antes, al parecer.

Cuando vió que cada uno se dirigía a su respectiva mesa, decidió irse de ahí, podía fingir para los demás, pero la realidad es que le dolía y mucho

Harry vio como Draco se levantaba de su mesa y dejaba la manzana sin comer. Lo vio, lo analizó y se dió cuenta de que el hurón no había aparecido por dos días, que no lo había molestado y que se veía demacrado; al parecer esa mañana no se había peinado, tenía varios pelos desaliñados, tenía unas ojeras grandes, que parecían que estaban ahí desde siempre, pero solo eran ojeras de hace poco, parecía que esa mañana había decidido no desayunar, su plato estaba vacío y la manzana sin morder.

Malfoy estaba abriendo las puertas y yendose, Harry se sentía preocupado y no sabía porqué. Decidió agarrar una manzana de su mesa y seguir a Draco, para ver que es lo que planeaba.

Una vez afuera, vio que Draco se dirigió al séptimo piso.

— ¿Para qué Malfoy quisiera ir al séptimo piso? — Pensó Harry

Cuando Draco paró frente a una pared lisa y en el que se encontraba el cuadro de Bárnabas el chiflado, se escondió detrás de una pared. Lo vio caminar tres veces frente a la pared, a Harry se le hizo sumamente extraño.

— Quizás tanto gel ya le afectó la cabeza

Unas puertas aparecieron frente a Draco.

— ¿Pero qué carajos? — Susurró Harry sorprendido.

Una vez que Malfoy entró, Harry igual quería. Hizo lo mismo que hizo el rubio, pero no funcionó. Hasta que pensó en que quería estar dentro con Draco. Y ahí las puertas se aparecieron frente a él.

Entró despacio y miró a su alrededor, y vió que Draco estaba de espaldas, aprovechó a entrar en silencio.

Draco comenzó a quitarse la túnica y luego a desabrochar su camisa, doblo la ropa y la dejó en el sofá que había allí. Mientras este se inclinaba para colocar su ropa cuidadosamente en el sillón para que no tenga arrugas después, Harry le había mirado el trasero.