Comienzo.

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Siempre fui demasiado curiosa.

Siempre quería ir y saberlo todo.

Creía que saber todo de todo el mundo me haría sentir importante y podría manejar cualquier situación.

Por eso paso lo que pasó.

Esa pesadilla andante de ropas oscuras, caminaba como si fuese una sombra a punto de fundirse con la oscuridad. Cuyo nombre pocas personas le ponían a sus hijos porque podría confundirse con él hijo de la profecía :

  Levi

El chico que entró repentinamente a mi vida y no pude sacarlo ni aunque me estrujaran el cerebro de mi mente.

Porque era misterio andante.

Y yo quería conocer cada parte de él.

Que equivocada estaba.

Ese día... ¿Cuántos años tenía?

Quince... ¿Que podría saber una niña de quince años de la vida?

Siempre tuve a mis padres, papá y mamá eran un ejemplo a seguir. A pesar de que llevaban casi veinte años juntos siempre se sintió esa chispa de amor que los caracterizaba. Estaban juntos, eran felices.

Lo tenía todo y nunca tuve porque quejarme. Mis padres se encargaron de darme la mejor educación y que nunca me faltara nada. Pero mamá aun siempre me enseñó a conseguir mis cosas por mi cuenta. Porque siempre me recordaba, que un día ella no podría estar ahí para darme lo que necesito, que iba a tener que hacerlo por mi cuenta. Así que me enseñó a trabajar.

Como era pequeña empecé con cosas simples, vendía dulces a mis propios compañeros del salón. Y en las vacaciones de verano iba a trabajar al campo con mi mamá.

Si, yo tenía de todo, pero mamá es el mejor ejemplo para conseguir lo que te propones.

Ella soñaba con su casa y auto propio. Así que se mataba la espalda día tras día bajo el sol cosechando fruta por un poco de dinero, mientras más cosechas, más dinero ganas, y ella con los años se volvió la más rápida escalando cerros con sacos de más de veinte kilos de frutas a su espalda.

Era un trabajo bastante sacrificado, pero el tiempo y el esfuerzo dio sus frutos.

Yo quiero ser igual que ella, por lo mismo en ves de salir con amigos o usar mi tiempo libre en cualquier cosa que hacen los niños de quince años. Yo trabajaba con ella, o estudiaba como loca para tener las mejores notas y este orgullosa de mi, que vea que todo su esfuerzo para pagarme mi escuela vale la pena.

Con papá es una historia parecida, el también trabajaba todo el día, pero en una oficina. Y jamás me dio algún ápice de cariño como mamá.

Nunca escuche de su boca un "Feliz cumpleaños Mikasa", a diferencia de mamá que siempre intentaba lanzar la casa por la ventana en esas ocasiones.

Jamás me dio un abrazo, un beso, o un té quiero. Pero eso no significaba que no lo sentía. Yo sabía perfectamente como leerlo. El era muy pasivo y frío, intentaba demostrarme su cariño por medio de cosas materiales. Dándome cosas que yo no pedía y que estaban fuera del presupuesto. A veces eran cosas tan caras y poco útiles, pero mi método de decirle "yo también te quiero". Era haciendo útiles sus regalos y que viera que si los usaba.

Un ejemplo muy corto fue el libro electrónico.

Yo desde pequeña e amado leer, siempre sacaba de las pequeñas bibliotecas algún tipo de libro y lo guardaba en mi armario de mi cuarto. Y antes de dormir lo leía.
Mi olor favorito es el aroma a libro nuevo.

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