Escondite

1K 110 107
                                    

— Maldición, ¿es que no entiendes que no quiero nada que tenga que ver contigo?

— Estas cometiendo un error — dijo frustrado — no sabes lo que haces, podemos arreglar esto, solo necesito que me escuches, dame tiempo por favor.

Gire los ojos, me revolví mi propio cabello para intentar mantener la calma.

Eren esta justo frente a mi casa, no me dejara entrar hasta que lo escuche, aunque yo no tenga ningún interés en hacerlo, creo que no le interesa.

— mira — me muestra su celular, esperando que yo lo comprenda.

Salía una conversación de él con historia, donde el le decía que ya no quería que se vieran, que tenía algo serio con alguien más y no quería arruinarlo.

Que lindo detalle.

Pero lo hiciste bastante tarde cariño.

— ¿y que quieres? ¿Un premio? — dije apartando el aparato de mi cara.

— Mika... — baja los hombros derrotado, e intenta acercarse a mi.

— ni un paso más — advertí levantando una mano — entiende que ya fue, si quieres tomarte una relación en serio pues perfecto, pero que no sea conmigo.

— sabes que no renunciare a ti así como así

— ayy por favor eren — puse los brazos en jarras defendiendo mi postura — ¿en serio piensas que comprare este drama? Apenas me conoces, no lo hagas más complicado.

— no estoy jugando mikasa, en serio haré lo necesario para recuperarte.

— que bueno, ¿me dejas entrar a mi casa?

— ni siquiera quieres escucharme.

Levanto mis hombros con desinterés.

— ¿sabes que? No te molestes , me iré a casa de isa — dije, para darme la vuelta por donde vine, el iba a retenerme pero me le adelante — ¡ y no se te ocurra seguirme!

Camine lo más rápido que pude, mirando siempre que no viniera detrás de mí.

Hace más de una semana hace lo mismo, la última ves tuve que irme con mi hermano donde una vecina hasta que el se dignara a dejar de esperarme fuera de mi casa.

Hoy Dan llegaba de su sala cuna mucho más tarde, así que mamá estaría en casa cuando él llegara. De todas formas le deje un mensaje para que no se preocupara.

.

.

.

.

.

— se está transformando en un acosador de tomo y lomo — dice isa mientras cepilla mi cabello.

Yo pego un suspiro, acabamos de darnos una ducha juntas y me presto uno de sus pijamas para dormir con ella.

Lo que siempre hacemos cuando duermo en su casa, es preparar guacamole y comerlo con frituras mientras vemos alguna saga de películas o alguna serie.

La de ahora, es justamente la saga de los juegos del hambre, amo esa película, y lo fuerte que es la protagonista para salvar a los suyos. Ni hablar del libro, que tiene mucho más contenido.

Cabe destacar que estoy totalmente enamorada de Peeta Mellark. El hombre que todas quicieran tener en sus vidas.

El que declaró su amor lanzandole a su amada un pan quemado, sii ese mismo.

— ¿y que harás? — Isabel se levanta de la cama y se pone a registrar el cajón de su armario.

— lo obvio, mandarlo a la mierda.

Solo para ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora