Naruto analizó la conocida cara del modelo que lo miraba desde la portada de la elegante revista. ¿La sombra roja quizá era demasiado? ¡Pero ni la más mínima arruga! «Incluso con treinta y dos años puedo competir con chicas y donceles a los que doblo en edad», pensó con una sonrisa irónica, aunque sólo había accedido a posar para la revista como un favor a Shikamaru. Su amigo lo había pasado mal cuando Temari, la modelo con quien vivía, lo dejó y él tuvo que conseguir dinero para comprarle la mitad de la casa que tenían en copropiedad.
—Hay una revista nueva que va a publicar un artículo sobre ex super modelos, sus nuevos estilos de vida —le había informado. Luego, casi rogándole, le había dicho—: Me darían una fortuna por una foto tuya. La verdad es que me vendría muy bien, y con tu cara en la portada del primer número de la revista...
—Ya sé. Se vendería como pan caliente —no lo dijo por inmodesto, sino porque era la pura verdad. Año tras año, las revistas, las casas de modas y los periódicos seguían llamándolo, intentando conseguir una foto de su cara y su figura que, mucho se temía, siempre sería noticia—. No, Gary —se había negado en redondo. Tenía lo suficiente para vivir bien y una cómoda casa en las afueras. Y como había invertido con sensatez el dinero que no había puesto en la agencia, tenía el futuro asegurado.
—Por favor —insistió Shikamaru—. Para mí sería la diferencia entre la bancarrota o tener un techo sobre la cabeza.
No se había dado cuenta. Después de todo, se lo debía, por haberlo cuidado cuando tuvo el colapso nervioso y le consiguió el trabajo en Sudáfrica. Así que, cuando se enteró de lo que le pagarían, accedió a hacer las fotos, así como una breve entrevista, insistiendo que sería para promocionar a las agencias de niñeras y que no se mencionaría su antigua reputación. Pero lo hizo sólo para ayudar a Shikamaru y donó todos sus beneficios a una conocida asociación de ayuda a los ciegos. Lo cierto era que, durante su corta estancia en las Bermudas, el hijo de Sasuke le había conquistado el corazón. Le había escrito una o dos veces a la dirección en las Bermudas, intentando convencerse de que no lo hacía por saber de Sasuke.
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The Wedding Betrayal
Fanficantes que todo esto es una adaptación la historia no me pertenece la autora es Elizabeth Power Cuando Naruto consiguió un trabajo de niñero que parecía ser la respuesta a todas sus plegarias, no sospechaba que su jefe sería Sasuke Uchiha. Hacía tre...