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Capítulo 11

Jun Shiyan cerró los ojos y no pasó mucho tiempo antes de que se le pudiera escuchar respirar con regularidad nuevamente.

Ling Sheng estaba a un metro de él. Inclinó la cabeza y vio que Jun Shiyan se había quedado dormido. Parecía que era incluso más eficaz que las pastillas para dormir para hacer dormir a alguien. Se había quedado dormido tan rápido que ella ni siquiera había necesitado tocarlo. ¿Que esta pasando?

Quizás su memoria se había disparado después de revisar el contrato. Ahora recordaba que el día de su primer rodaje de la película, Huo Ci le había pedido al chofer que la llevara.

Cuando terminó por la noche, pensó que Huo Ci enviaría el auto a recogerla. Quién sabía que Jun Shiyan tendría el mismo auto que Huo Ci, razón por la cual se había subido por error al auto equivocado.

Jun Shiyan sufría de un grave insomnio clínico. A lo largo de los años, había tenido dificultades para dormir y se había visto obligado a depender de la hipnosis y las pastillas para dormir para aliviar los síntomas. Sin embargo, cuando Ling Sheng se topó con él, se quedó dormido de inmediato.

Incluso cuando la abrazó y trató de abusar de ella, se había quedado dormido. Antes de que pudiera hacerle algo, el chofer la detuvo y le dijo que no debía ofender a ese hombre.

El pobre Ling Sheng permaneció en sus brazos mientras dormía durante cuatro horas.

Al día siguiente, Jun Shiyan consiguió que alguien le enviara un acuerdo. Ella recibiría 10.000 dólares la hora y él incluso prometió no tocarla. El dinero se le entregaría mensualmente.

Ella venía de un lugar pequeño y, como resultado, era materialista. Además, necesitaba dinero, por lo que lo haría incluso por 1.000 dólares la hora. Por lo tanto, firmó rápidamente el contrato.

Ling Sheng miró al hombre a su lado, que estaba durmiendo profundamente con sus cejas resbaladizas frunciendo ligeramente el ceño. Este era el hombre más rico del mundo, pero ¡mira lo tacaño que era! Sólo 10.000 dólares la hora... ¡100.000 dólares la hora hubiera sido mejor!

Mientras Jun Shiyan dormía, Ling Sheng tomó prestado el teléfono celular del chofer para informarle a Huo Ci que ella estaba bien y que él no tenía que preocuparse.

Huo Ci primero llamó a la policía y luego se apresuró a casa en su automóvil. En el camino, había intentado buscarla como loco. No había logrado encontrarla, por lo que no tuvo más remedio que volver a casa y esperar noticias de la policía.

Fue entonces cuando de repente recibió el mensaje de Ling Sheng. Arrojó su teléfono celular enojado, apretó los dientes y maldijo. "¡Mierda!"

¡Esa chica!

¡Estaba jugando con él!

Xiao Qi, cuyos ojos estaban rojos y que estaba sentada a su lado abrazando una almohada, se estremeció de miedo. Sin embargo, aunque tenía miedo, se armó de valor para preguntar: "Abuelo, ¿han encontrado a mi mamá?".

"¡Acostarse! ¡Ella puede morir ahí fuera por lo que a mí respecta! " Huo Ci miró furiosamente a Xiao Qi. Al ver que los ojos del niño estaban enrojecidos por el llanto, no pudo evitar sentirse aún más molesto. "¿Por qué lloras? ¡Eres un niño grande ahora, pero todavía lloras! "

Xiao Qi se mordió los labios en señal de agravio mientras las lágrimas seguían cayendo de sus ojos. Miró a Huo Ci obstinadamente. "¿Has encontrado a mi mami?"

"¡Pequeño bribón, te dije que te fueras a la cama! ¿No me escuchaste? Huo Ci, que estaba exasperado, comenzó a agitar los brazos.

¿Qué había hecho en su pasada vida de mierda que los había empujado a los dos hacia él? La madre no causó más que problemas, ¡y el niño fue aún más problemático!

"¡No vas a buscar a mi mami!" Xiao Qi lloró aún más fuerte. Sintiéndose triste y desesperado, tiró la almohada, dio media vuelta y salió corriendo. "Iré a buscar a mami yo mismo".

Al ver al pequeño bribón huir, Huo Ci se sopló la parte superior y lo señaló. "¡Vamos! ¡Piérdete todos! ¡Vete y no vuelvas nunca más! "

Fuera de la vista, fuera de la mente.

Xiao Qi abrió la puerta, se puso de puntillas para tocar su tarjeta y presionó el botón del ascensor.

Huo Ci observó cómo se abría la puerta del ascensor, su hermoso rostro se ponía verde y su cuerpo temblaba de ira. Rápidamente alcanzó a Xiao Qi, lo agarró y lo arrojó de regreso a su habitación. Cerró la puerta con llave y dijo desagradablemente: "Que tengas una buena noche de sueño. Tu mami está bien y volverá pronto ".

Xiao Qi no le creyó y lloró aún más fuerte. Golpeó la puerta lo más fuerte que pudo, rogándole a su abuelo que abriera la puerta para poder ir a buscar a su mamá.