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Capítulo 96

El teléfono de Ling Sheng vibró con un mensaje suyo.

Cuando vio a la chica acercarse a él lentamente, una sensación de expectación y nerviosismo sin precedentes brotó dentro de Jun Shiyan. Sus manos se tensaron.

La niña llevaba un vestido beige hasta la rodilla, un sombrero de paja y un par de zapatos deportivos blancos. Todo su ser emitía una energía juvenil.

Había nacido bonita, con piel delicada, pestañas largas y ojos grandes. Incluso el sol detrás de ella palideció levemente cuando sonrió.

Su corazón latió como un trueno al instante.

Ling Sheng, que ya había corrido a su lado, miraba de izquierda a derecha. "¿Eres solo tú?"

"¿A quién más querías ver aparte de mí?" La voz de Jun Shiyan era un poco ronca.

"¿El asistente An no está aquí para cuidar de usted? ¿Cómo pudo dejarte caminar solo por el parque? Ling Sheng caminó detrás de él para ayudarlo a empujar la silla de ruedas.

"La maleta ... Dame la maleta". Jun Shiyan volvió un poco la cabeza y habló con suavidad.

Lo llevaré yo mismo. ¿Cómo puedes llevarlo? Ling Sheng echó un vistazo, pero no había ningún lugar donde pudiera ponerlo.

"Dámelo". Jun Shiyan agarró la delgada muñeca de la niña con sus largos brazos, sus ojos mostraban algo de lástima.

¿Cómo podía ser tan flaca?

Cuando la tocó, ella era toda huesos. Estaba tan delgada que le dolía el corazón.

Al ver a Jun Shiyan poner su equipaje en su regazo, Ling Sheng bromeó. "En ese caso, ¿no seré yo quien te empuje a ti y al equipaje?"

La expresión de Jun Shiyan cambió ligeramente y se disculpó con voz ronca. "Lo siento."

Ling Sheng se sorprendió antes de darse cuenta de lo que quería decir. Su corazón dolió instantáneamente. "Lo siento, dije algo equivocado. No me guardes rencor ".

Las personas lisiadas suelen ser muy sensibles y les importaría que otros las llamaran discapacitadas.

¿Ella lo había lastimado accidentalmente?

"Está bien, mi silla de ruedas es automática. Es un poco difícil subir la pendiente. Tienes que controlarlo para que no se deslice hacia abajo ". Jun Shiyan explicó con seriedad.

Ling Sheng no esperaba que le dijera esto con toda seriedad. Ella contuvo su risa y asintió. Con voz suave, respondió: "Sí, lo entiendo".

"¿Cuándo supiste que era yo?" Jun Shiyan le preguntó.

"¡Eso es un secreto!" Ling Sheng sonrió astutamente como un pequeño zorro. "¿Cuándo supiste que era yo?"

"¡Eso es un secreto!" Jun Shiyan sonrió.

Mientras lo empujaba por el puente, Ling Sheng murmuró para sí misma. "Si no dejas que el Asistente An te siga, ¿qué te pasará si te encuentras con un lugar tan lujoso?"

"¿No te tengo a ti?" La voz magnética de Jun Shiyan estaba llena de felicidad.

Por alguna razón, Ling Sheng sintió que su corazón latía más rápido y su rostro ardía. Luego, murmuró: "¿Y si no me hubieras movido?"

"Definitivamente te movería". Jun Shiyan estaba muy seguro.

Cuando pasó por una pequeña tienda en el parque, Ling Sheng quería comer helado. "Tercer Maestro, voy a comprar helado. ¿Qué tipo de sabor quieres? "

Jun Shiyan dijo: "No voy a comer".

Ling Sheng pensó que lo decía en serio, así que solo compró uno para ella. Ella consiguió helado con sabor a durian y dos botellas de agua.

"¿Es agradable?" Jun Shiyan miró de reojo a la niña, que estaba comiendo felizmente en un banco.

"¡Delicioso!" Ling Sheng asintió vigorosamente. Al sentir su intensa mirada, le preguntó: "¿Quieres probar algunos?"

"Bueno." Jun Shiyan asintió.

Ling Sheng le dio de comer una cucharada, pero cuando vio los labios levemente abiertos del hombre, se arrepintió. Ella retiró la mano y dijo: "Erm ... ¡te traeré una cucharada!"

"Voy a comer un bocado". Jun Shiyan se acercó y se llevó la cuchara a la boca.