Ilusion

Nunca habia tenido tanto miedo

CHRISTOPHER

tenia a mi hija en brazos mientras que dormía plácidamente ajena a todo. La miraba completamente enamorado, es una bebe hermosa con los ojos de su padre. Ojos que estaba deseando volver a ver.

Erick todabia seguía inconsciente. Habia perdido mucha sangre pero el medico me dijo que estaba estable y que despertara. Habian pasado 24 horas pero mi marido seguia en sueño profundo y me asustada terriblemente que siga así.

Jamie sabía que su padre y su hermana estaban en el hospital pero no rehusaba a que mi hijo viera en ese estado a su padre pero no quería impedirle que viera a su hermana. No deje que nadie la viera hasta que su hermano lo haga primero, mi marido y yo se lo habíamos prometido y así iba hacer

-halaaa es muy linda... parece una muñeca papa- dice mi niño al ver a su hermana en su pequeña cuna del hospital.
-si mí amor es muy linda...- digo apenado Jamie se da cuanta y me mira preocupado.
-papa... ¿por qué estás triste?-
-No estoy triste cielo- no lo puedo evitar y alguna lagrimas bajan por mis mejillas y Jamie me abraza rodeandome con sus pequeños brazos. Lo cargó rodeandolo con mis brazos y me pongo de pie esperando hondo para calmar mi llanto.
-papa no estés triste... - me dice mi hijo con su pequeña voz.
-ya no estoy triste ¿ves?- le digo fingiendo una sonrisa -tus abrazos me ponen feliz- me sonrie no muy convencido y me vuelve abrazar con fuerza
-¿es guapa la hermana?- oigo la voz de mi madre detrás de nosotros. Me giro para mirarla todabia com Jamie en brazos y me sorprendo cuando la veo con una sonrisa cálida y aliviada.
-si abu... parece una muñeca- contesta Jamie sonriendo
-es una muñeca cielo y la tienes que cuidar-
-si mucho mucho mucho- dice con una sonrisa de oreja a oreja. Bajo a Jamie al suelo que vuelve a la cunita de su hermana para admirarla.
-mama...- suspiro
-Ha despertado hijo...- miro a mi madre y respiro tan hondo como puedo y abrazo a mi madre con fuerza -corre....yo me quedo con tus hijos- hecho a correr hacia la habitación de mi marido y cuando llego me encuentro a mis suegros salir de ella con una sonrisa y lagrimas en los ojos.
-pasa...- susurra Angela. Cuando entro en la habitación me encuentro con los ojos verdes de mi marido que me miran y sonrie. Me echo a llorar y corro a el para besarlo como tenía tangas ganas de hacer. El miedo se había convertido en alivio al sentir sus labios besando los míos
-Dios mío... me tenías tan asustado... pensé que no volverías yo...-
-estoy aquí... estoy aquí...- susurra con debilidad
-nunca he estado tan asustado, nunca había sentido tanto miedo... no puedo vivir sin ti... nose que abría hecho sin ti...- pero mi frente a la suya mirándolo a los ojos.
-estoy aqui- me dice con más fuerza.
-te amo muchísimo... tanto tanto...- le susurró llorando sin parar.
-y yo a ti mi amor... me voy a recuperar- me dice llevando su mano a mi mejilla acariciandola despacio. Sus caricias hacían que mi llanto pasare y me limpia las mejillas con sus dedos. Me mira a los ojos y me da un beso en los labios
-¿están bien?-
-si amor... Jamie esta bien como le prometimos fue el primero en ver a Sofía... y Sofía esta hermosa Jamie dice que es una muñeca...- sonríe débil y acaricio sus mejillas perdiéndome en sus ojos.
-nuestros hijos son preciosos mi vida...-
-quiero verlos- me dice sonriendo.
-estan con mi madre, le avisare-
a los cinco minutos de hablar con mi madre oigo la voz de Jamie.
-Papi...- cargo a mi hijo y lo recuesto con cuidado en la cama de Erick que enseguida lo abraza con toda la fuerza que tiene.
-hola mi amor... ¿como estas?-
-Bien he hecho pasteles con la tía Rebe y Alex. Dice la tía Rebe que te traerá un poco y ha Sofía.
-Mi amor Sofía no puede comer pastel-
-halaaa ¿no puede comer chocolate?- pregunta inocente Erick y yo sonreímos y le soy un beso en frente
-no mi amor todavia no-
-jopetas pues me lo como yo- dice con una sonrisa enorme.
-Venga cielo que te llevo a casa para que descanse papi- dice mi madre entrando en la habitacion con la cunita de Sofía
-¿pero puedo venir mañana?-
-claro cielo- le da sun beso en la frente a su padre y s eva con si abuela parloteando sin papar.
-damela...- dice mi marido ansioso. Le sonrio y cargó a Sofía entregandosela con cuidado y enseguida las lagrimas caen por sus mejillas al verla bostezar.
-Es hermosa- dice gimoteando
-es nuestra princesa...- choco su frente con la mía y nos damos un beso sueve y delicado admirando la belleza de Sofía.

En 24 horas habían pasado muchas cosas. Pero estaba feliz al ver a mi marido recuperándose, a mi hijo feliz y a mi hija que por estaba con nosotros.