VII

145 20 21
                                    

Después de una larga eternidad la autora al fin terminó el capítulo.

???: Sabes que trato de hacer lo mejor que pueda ;-;

Y también sabes que este libro es tan aburrido que nadie lo lee, literal.

???: Si es aburrido entonces no se porque lo leen.

Porque piensan que vale la pena.

???: OnO cuando me dirás que si te gusta?(se va a llorar)

Cuando esto llegue a las mejores de tus historias.

Ignoren todo eso y lean

..................
Mientras el robot terminaba de hacer tal pedido para el de verde, solo miraba a la chica de la chaqueta, le amaba; sin embargo recordó esas palabras frías que le había dicho a él; " si ella no la escribió, entonces fue..."

- Listo niño, tu pedido está terminado.- le dijo el robot que le sacó de sus pensamientos.

- Gracias, ¿Cuánto será?.- le dijo curioso aunque ya sabía la respuesta.

- Son 20 monedas de oro.- le dijo sonriente y entendió su mano al chico  para tomar los brillantes, y colocarlos en su lugar.

El chico solo estaba pensativo por sus acciones, pero debía usar una máscara para tapar la tristeza de su cruel realidad o ¿no era tan malo saber la verdad? se preguntó solo para llegar a la mesa y ver a la hermosa chica de sus sueños jugueteando con su goma de mascar. La chica al verle solo paró para sonreír.

- Que bien, camaleón si que sabes cual me gusta.- le dijo solo para tomar tal malteada de la muñeca del chico. Este por su parte solo fue a su asiento.

El chico miraba a la asiática beber de su bebida azucarada, dio un suspiro e igual la imitó. Al terminar de beber, las palabras le surgieron al chico.

- Oye Bibi, mira mi hermana me dio esto, ¿tu sabrías de quien es?.-

Él le entregó la carta, a la chica esta solo por curiosidad la tomo y leyó, el chico solo miraba como los ojos de la chica se movían de un lado al otro dando a entender que la lectura estaba siendo realizada.

- Vaya...- dijo la chica y se alejó del la mesa para mirar al chico.

- Bueno y sabes quién o de quién puede ser...-

- Bueno León, no te podría decir pero eso es muy cursi para mi, sin embargo se ve que te ama mucho esa persona.-

- ¿Estas segura de eso?.-

- Bromeas, ella se puso a decirte esas cosas y tuvo la molestia de escribir, tal vez sólo olvidó su nombre, estoy feliz que me superaste.- le mostró una sonrisa.

El chico igual le sonreía, solo que por su parte algo dentro se quebró más de lo que ya estaba, quería seguir en su melancolía pero esa carta no le decía eso si no el encontrar a la responsable.

- Sabes, si se quien te podría ayudar.-

- ¿Quién?.- le respondió curioso el joven.

- Que no es lógico, ve con Tara ella sabe mucho.- le dijo riendo por ser tan obvio.

- Claro ella.- se dijo al avergonzado por olvidar a la que lo sabe todo.

Con la ingeniera las cosas seguían algo más tranquilo, la robot había ido hacer algo para el almuerzo para ella, estaba sola en su habitación con el dilema de su proyecto.

- Veamos si utilizo este número para formar...- se dijo así misma mientras borraba las fórmulas ya explícitas.

- No me concentro, debe ser por él.- se dijo mientras miraba el dibujo del corazón. - Ya se el despejarme un rato es bueno, iré a caminar; tal vez Penny esté con algunos problemas con Tick.- se dijo algo feliz para engañarse de su preocupación.

Bajo de su cuarto para ir a la cocina, donde vio a la robot con su deber de prepararle algo a su ser.

- Nani voy con Penny un rato, regreso ...-

- ¿Cómo que irás sin almorzar?  Debes comer algo y después vas o le diré a tu madre.-

- Esta bien.- suspiro por la jugada de la robot. -" Espero que Nita no le diga"- pensó para si misma mientras, le ayudaba a la robot con su almuerzo.

Con el legendario, su cita de amigos fue bien hasta que la chica le dijo que debía regresar al Bull's, sin embargo no la acompaño para ir con su mejor amigo y la hermana de este.

Camino por un rato, para llegar al Bazar pensaba como decirle al dormilón el asunto. Llego a la entrada y vio a los guardias, dio un suspiro como cada vez que él quería ver al chico ellos siempre pedían las mismas cosas. Vio como estos se pusieron cogieron sus armas y más suspiro "ya vamos de nuevo". Cuando vio que estos se calmaron y vio al pálido junto a ellos.

- ¡Espera!.- le grito para que pudiera pasar juntos.

El nombrado solo le miró y sonrió al ver al joven así que le esperó. Le miro fijamente y sonrisa burlona.

- Gracias, si no ya vez como Tara tarda mucho en decirles que me dejen entrar.-

- Si lo se antes, también tardaba mucho puedo saber a que has venido antes de entrar...-

- No creo que te...-

- Bueno entrare y no les diré que te dejen entrar...-

- Si así lo pones, esta bien. Es que mira me dieron una carta de amor y pues quiero saber de quién es.-

-Carta de amor, vaya esa persona te ama mucho ya casi nadie hace eso.-

- ¿Oye tu le escribes a Tara?.-

- Si, pero eso es algo mío vamos entra.-

El chico solo sonrió y fue al cuarto del dormilón, era de las pocas veces que entraba rápido y sin usar el camuflaje. Llego a la entrada del infante y toco.

- Sandías, soy León.- Vio como la puerta se abría para ver al cansado chico.

- Ella te dejó entrar, bueno pasa.- dijo solo para bostezar.

Entro solo para ver como de vuelta el infante se echó en su cama. Saco la carta y camino hacia donde él se encontraba.

- Sandia mira esto, ¿tu crees que Tara pueda saber de quién es?.-

- Vemos.- leyó la carta y al instante recordó a la pelirroja. - Si ve con Tara ella puede saber solo que te costara.-

- El precio por saber de quién es no me molesta.-

El somnoliento sonrió sabía bien de quién  era pero no le dira para que la pagara a su hermana y ver como reaccionaba con ella.

- Bueno ven.- se levanto para ir a donde estaba la chica del tercer ojo.

Su búsqueda no fue mucha al ver como en una ventana estaban ambos míticos mirando el paisaje cuando el pálido le dijo en murmuró a la chica para que les mirara.

- A Tara, me podrías decir algo.-

- Ya se a que has venido, ¿estas dispuesto a pagar por ello?.-

- Claro el oro no es necesario si se quien me dará algo mejor que el oro.-

- De verdad crees que es bueno eso.- le dijo el pálido al levantarse de donde estaba. - La única verdad es la que uno carece, el vivir es equivalente a morir...-

- Mortis vamos déjalo, bueno dame tal carta.- le dijo la de las vendas al de verde y este dichoso acepto tal acción.

...ya que nada está escrito al momento de sentir el anhelo hacia otra...

¿De verdad tardo tanto solo para esto? No valió la pena, ni los minutos que se tardaron leyendo los valió.

Hilos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora