El Ladrón y El Tritón |N.J|

V: Exilio del mar

Era arriesgado, demasiado...

Namjoon se vio preocupado luego de lo que escuchó del tritón, él no podía arriesgarse de esa manera, además... sería responsable de que su hermosa cola dorada desapareciera. Pero sus pensamientos eran contradictorios, el ladrón quería huir con el tritón de cualquier manera, y a la vez estaba aterrado de hacerlo. Si solo hubiera otra manera, si tan solo Seokjin pudiera simplemente estar en sus brazos... No era fácil, y no lo seria, pues no había otra manera para lograr ello.

—Nunca debimos terminar en este pueblo, Astuto— Namjoon se encontraba acariciando a su caballo mientras observaba con melancolía el lago. El chico marino le prometió volver, hasta que ese día llegase; Ese día no tendría que esperar más por él, porque iba a tenerlo. —Después de todo sí soy un busca problemas— Suspiró abatido. Arrepentido por lo que iba a causar, pero no todo era malo, lo sabía, al menos estaba evitando una injusticia. Seokjin no quería unirse con ese otro tritón, él estaba haciendo lo que realmente quería hacer.

—Será mi consuelo— Dijo suavemente.

... Él tritón no se dejó ver hasta que el sol se oculto y las estrellas se vieran gracias al fondo oscuro de la noche. La luna ocupó un lugar ahí, luminosa y lejana. El ondular de las aguas en la superficie fue rápidamente visto, el causante de ello mucho más. Un espléndido y bello joven se dejó ver, sus cabellos claros se sacudieron y una rápida sonrisa se pudo ver también. El tritón se encontraba en la orilla, por lo que el chapoteo de su cola dorada fue escuchado.

—Ayúdame— El tritón pidió luego de unos minutos, puesto que el humano no se había movido ni un poco.

Namjoon despabilo y asintió en sonrisa; Pronto se le vio con las manos y brazos ocupados. Ya que tenía al tritón entre sus brazos, cargándolo, tomándolo por su espalda y su larga cola. Tuvo mucho cuidado con su aleta dorsal, era y lucía tan fina y delicada, y él por supuesto no quería causarle daño alguno. Ni siquiera el más mínimo.

El tritón agradeció la amabilidad el humano para alejarlo solo un poco más del agua, y podría haberlo hecho por sí mismo, pero cuando se encontraba en tierra le resultaba increíblemente difícil el arrastrarse porque se sentía mucho más pensado. Y eso era tan molesto. Entonces él descanso en el regazo del hombre cálido, él era como el agua, se sentía tan seguro en sus brazos... era, ¿qué era realmente? Él sabía muchas cosas de los humanos, de hecho su especie nacía hablando los idiomas que existían, pero aún le faltaba aprender muchas cosas, y ahora, queria saber esto, la causa de su inmensa felicidad ahora mismo, la causa de querer dejar su hogar bajo el agua por un hombre humano, por Namjoon. Le miró a los ojos, se sentía bien a su lado... Tal vez sea eso, sentimientos. Su especie carecía de aquello llamado sentimientos, o al menos su padre, el rey de los mares, lo hacía.

—No eres para nada pesado— Namjoon comentó luego de unos minutos, y cuando se percató él ya estaba devuelta acariciando la mojada cola del chico marino. Era grandiosa y tan sublime, mucho mejor que la fina vestimenta de los reyes. —Eres perfecto entre mis brazos— Le sonrió, sin ser consciente de sus palabras, él solo estaba siendo sincero. Que extraño, él nunca en su vida había sido un hombre de palabra o honesto, hasta que conoció a este tritón encantador.

Seokjin solo dejó todo su peso sobre el cuerpo del hombre mientras observaba la gran mano tocar su cola ¡Era tan vergonzoso! Ahí estaba de nuevo ese otro sentimiento, le hacía tan débil, pero era diferente a lo otro que sentía. No perdió de vista la mano del ladrón, el toque era suave y lento. Tembló por un corto segundo. Namjoon se detuvo, sus miradas volvieron a encontrarse. —Me... me sentí extraño otra vez, lo siento—

Namjoon sabia de algunas leyendas, algunas habían logrado cautivarle y puede que tal vez esté sintiendo ese fuerte sentimiento que alguna vez los seres de esas leyendas habían sentido. Si, él también:—También me sentí extraño... otra vez—